Los OVNIS y la Biblia 4ª Entrega: La Biblia en efecto habla de OVNIS

OVNIS y la Biblia 4ª Entrega: La Biblia en efecto habla de OVNIS

Sigo con el tema “Ovnis y la Biblia” y consecuentemente cómo se escribió la Biblia, en especial el Antiguo Testamento

Parto del supuesto, si es que afirmo que en la Biblia se frecen datos sobre extraterrestres, ovnis y otros fenómenos particulares, de cuya existencia tengo que dar alguna razón convincente, parto del supuesto, repito, que creo que os relatos  son verdaderos y que hay que tomárselos en serio.

Si por el contrario, afirmo que los relatos de la Biblia no son verdaderos sino puras fantasías, todo lo que estoy escribiendo no tiene sentido. Las fantasías y leyendas se dejan aparte y me dedico a otra cosa.

Así que debo insistir una y otra vez que mi punto de partida es que el que explique que hay ovnis en la Biblia está afirmando que de una manera simbólica esos relatos están diciendo la verdad. Si no ¡apaga y vámonos!

Hay otro texto, muy interesante, en el que se afirma que los extraterrestres tenían un arma nuclear que cayó sobre Sodoma y Gomorra.

Génesis 19,25-28 dice:

«Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahvé. Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo. Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal. Se levantó Abrahán de madrugada y fue al lugar donde había estado en presencia de Yahvé. Dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra y de toda la región de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata».

A este episodio habría que añadir otro del Nuevo Testamento, uno que narra cómo dos de los discípulos, del grupo de los íntimos de Jesús, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, pidieron a l Maestro que rogara a Dios que enviara fuego del cielo sobre un pueblo de samaritanos que no los había recibido ―no les había dado hospitalidad― porque iban a adorar a Dios a Jerusalén y no al monte Garizim:

«Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él, Jesús, se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». (Lucas 9,51-54)

Se ve bien claro por estos dos pasajes que el Yahvé extraterrestre ―según la hipótesis que estamos utilizando― disponía ya de armas atómicas y no dudaba en utilizarlas. Esas armas estaban compuestas fundamentalmente de fuego y azufre. Al segundo «fuego del cielo», el del Evangelio de Lucas, le falta solamente el componente del azufre, pero en teoría sería exactamente igual que el fuego que sofocó y destruyó totalmente Sodoma y Gomorra.

Queda claro que los discípulos de Jesús, y Jesús mismo, tenían capacidad de invocar al Yahvé extraterrestre y hacer que cayera fuego a la tierra. Si no esperaran una respuesta positiva, Santiago y Juan, que llevaban un montón de tiempo al lado del Maestro, no lo habrían pedido. Por lo tanto, los discípulos y Jesús debían de tener también contacto asiduo con ese Yahvé extraterrestre…

Otro texto, este muy curioso, es el que trata de las relaciones sexuales entre extraterrestres y mujeres, recogido en el capítulo 6 del Libro del Génesis [versículos 1-4]. Dice así:

«Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre el haz de la tierra y les nacieron hijas, vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían bien, y tomaron por mujeres a las que preferían de entre todas ellas. Entonces dijo Yahvé: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean ciento veinte años». Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos».

De este relato, muy antiguo y muy legendario, se deduce claramente ―siempre según la lectura ufológica― que esos extraterrestres y Yahvé son de la misma estirpe. Exactamente de la misma estirpe, puesto el texto los denomina «hijos de Dios». Y que de alguna manera esos extraterrestres dejaron embarazadas a las humanas.

Antes, fíjense qué desgracia, antes de que vinieran los extraterrestres todos los seres humanos vivían ―según la historia de los patriarcas en el Libro del Génesis― una media de mil años. Dicho sea de paso, esos mil años son los mismos que la imaginación popular opina que van a vivir los ciento cuarenta y cuatro mil que se van a salvar con Jesús [Apocalipsis 7,4] en la primera fase del Reino de Dios. Vivirán exactamente mil años. Y mil años es lo que vivía normalmente una persona en la tierra hasta que llegan estos extraterrestres, se enfada Yahvé y condena a los seres humanos a que, en lugar de vivir mil años, vivan ciento veinte.

Ahora bien, este Yahvé extraterrestre estaba absolutamente desprovisto de toda razón, porque a quien debería haber condenado es a los extraterrestres y no a los pobres humanos, cuyas mujeres fueron raptadas. Por tanto, si seguimos la interpretación ufológica, presentamos de nuevo al Yahvé extraterrestre como un señor carente de toda lógica.

Seguiremos.

Saludos cordiales

Antonio Piñero

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