LA VERDAD SOBRE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO : PROFESOR PIÑERO VS ERUDITOS CREYENTES (3)

Siguiendo en la línea de EP Sanders, si asumimos que el análisis de las condiciones de posibilidad nos llevan a pensar que los contemporáneos de Jesús estaban convencidos de que estaban conviviendo con un Jesús resucitado, teniendo en cuenta que no era una visión fugaz, en el cielo, o una aparición detrás de un espejo, sino de convivencia prolongada durante horas, de comer juntos, de pescar juntos, de conversar juntos y no una historia contada por otros como la que dejó Joshue y el sol.

¿que explicación daría usted que no sea considerar que efectivamente Jesús estuvo entre estos discípulos?

José Antonio Pacheco Jaraquemada

****************

Comentario del Profesor Piñero:

Querido amigo Matías:

Ahí va mi respuesta.

Si argumentamos a partir de las condiciones de posibilidad, según Sanders, tendríamos que lo único totalmente cierto, según este admirado autor por mi parte también, es que Jesús tuvo un altercado en el Templo (sin más: lo que denominamos la purificación del Templo), sin que podamos ni siquiera delimitar con seguridad en que consistió, ni tampoco a título de qué tuvo el “altercado”: si como mesías, o de simplemente como profeta, o si era simbólico, etc.

 

La incertidumbre de Sanders le lleva a dudar de la posibilidad de reconstruir al Jesús histórico solo a partir de ese hecho que considera históricamente seguro, pero no por medio de los dichos de Jesús, pues no se fía en absoluto de que la transmisión de ellos fuera correcta.

 

Por tanto, según Sanders mismo, las condiciones de posibilidad no llevan a considerar histórico ninguno de los supuestos que usted formula en su pregunta.

 

Lo de convivir con el Resucitado está basado en el capítulo 21 del Evangelio de Juan donde se habla de esas acciones que usted enumera muy bien. Pero, salvo error por mi parte, no encuentro a ningún investigador serio, incluido los católicos, que afirme que lo que se cuenta en ese capítulo sea algo más que la mera plasmación literaria-simbólica de un sentimiento o creencia: es decir, se trata de una tradición sobrenatural dentro de la comunidad johánica, creencia no compartida en absoluto por otras comunidades cristianas de finales del siglo I, que desconocen toda esa historia.

 

El resto de las comunidades no conviven con Jesús durante horas, sino solo hablan de apariciones. La mayoría de ellas a una o pocas personas, y curiosamente todas creyentes en Jesús como mesías. La  fe en la misión de Jesús (que iba a retornar desde el cielo para terminar de cumplir con esa misión: instaurar el reino de Dios) les llevó a sentir no que Jesús convivía con ellos, sino que “Jesús vivía en medio de ellos”, es decir, que su presencia espiritual estaba en medio de ellos y que su recuerdo los fortalecía para seguir creyendo en esa presencia meramente espiritual.

 

Por tanto, si se trata de creencia basada en apariciones y solo a sus “íntimos” (salvo la aparición a los quinientos nombra por Pablo en 1 Corintios 15, que es una mera tradición y por tanto susceptible de ser legendaria), no se trata de hechos históricos sobre los que un historiador pueda basarse con seguridad para formar un reato histórico.

 

Así que, en síntesis,  mi explicación es que esa vivencia que usted describe como un hecho real ni es común al cristianismo más primitivo, ni puede tenerse como tal hecho real. En el Evangelio de Juan sirve símbolo para definir la realidad de resurrección y del presunto primado de Pedro. Nada más. No es historia, sino creencia.

 

Saludos cordiales de Antonio Piñero

 

LA VERDAD SOBRE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO : PROFESOR PIÑERO VS ERUDITOS CREYENTES (3)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *