LA VERDAD SOBRE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO : PROFESOR PIÑERO VS ERUDITOS CREYENTES (17)
Pregunta que nuestro amigo el Catedrático de Astrofísica D.Antonio Aparicio Juan (Full Professor of Astrophysics Universidad de La Laguna & Instituto de Astrofísica de Canarias) formula a nuestro amigo el profesor Piñero:
El descenso, durante tres días, de Jesús a los infiernos, es un elemento primordial de la tradición cristiana. También lo es de numerosas religiones del ámbito mesopotámico. En el Cristianismo, no aparece reflejado en los Evangelios y se incorpora con posterioridad, de la mano de los Padres de la Iglesia y los primeros cristianos. Mi pregunta es si pudiera el Prof. Piñero desarrollar en qué circunstancias se produce la incorporación de este episodio a la tradición cristiana y, si lo tiene a bien, cuál es su relación con algunas otras de las antiguas religiones.
Y por otro lado vuelve a aparecer la cuestión de los testigos de la mano de la psiquiatra Caridad Torres Lopez:
En primer lugar, en los atentados de las torres gemelas , los testigos describieron los detalles totalmente diferentes, ropas, estallidos , incluso el numero de los aviones, pero coincidian en lo esencial. El Shock post traumático explica porque ante situaciones muy traumáticas con un número plural de testigos, cada uno lo percibe de una manera y acaba dando, según estudia la psiquiatría, una versión distinta y lo ve de una manera distinta, incluso divergen en el aspecto de los testigos, o de colores de coches distintos, precisamente por la situación traumática en lo que se llama el shock post traumático. Por esta razón hay varias versiones sobre la resurrección de Jesús , como objetivamente explica los efectos de este shock post traumático, y al contrario de quitarle veracidad , lo reafirma porque implica indubitadamente, que hay varias fuentes, que en lo sustancial si coinciden.
Imagino que los historiadores le darán una extrema credibilidad cuando coinciden todas las fuentes en una misma versión del pasaje de José de Arimatea ¿No es así?
Y en segundo lugar debo puntualizar la respuesta dada a mi colega el profesor Jose María Jiménez:
1- Dice Piñero «1 No ven exactamente la misma alucinación:
– Ven un tal Jesús vivo. Después los adornos son los que usted quiera, pero que personas que no se conocen , en lugares diferentes, momentos diferentes tengan la misma historia del mismo personaje apareciéndose , no existe en psiquiatría y si en cuentos de misterio. (Por querer huir de lo sobrenatural, se meten de bruces)
2-Dice el Sr.Piñero «Ni se entregan a ningún martirio personal ni nada de nada.»
-Piñero debe haberse perdido el martirio de Esteban (Hechos 7:59) , Pilero debió perderse la decapitación de Santiago (Hechos 12:1-2) , Piñero debe haberse perdido «Después de la muerte de Esteban, comenzaron a perseguir a los creyentes, por lo que algunos tuvieron que huir a Fenicia, Chipre y Antioquía. «(Hechos 11:19)
3- Dice el Sr. Piñero «Creen en lo que otros dicen; prestan fe a otros que imaginan o creen saber que dicen la verdad» Esto es especulativo absolutamente. No hay ni un texto que respalde tan cosa.
4-Y por último se niega a contestar diciendo que no existe una historiografía oficial, sin ir al fondo, escapando de la pregunta que le hace el Catedrático de Astrofísica y que yo le reformulo diciendo » ¿Qué plan B de explicación existe para el caso de que 1Corintios sea como lo narra Pablo?» ¿ como desmonta usted 1Corintios sin incurrir en apriorismos ni argumentos circulares? Pruebas Sr.Piñero y si no tiene, entone entonces un «No tengo pruebas de lo que digo» y pasemos a otra cosa.
Caridad Torres López
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Comentario del Profesor Piñero:
Pregunta que nuestro amigo el Catedrático de Astrofísica D.Antonio Aparicio Juan (Full Professor of Astrophysics Universidad de La Laguna & Instituto de Astrofísica de Canarias) formula a nuestro amigo el profesor Piñero:
El descenso, durante tres días, de Jesús a los infiernos, es un elemento primordial de la tradición cristiana. También lo es de numerosas religiones del ámbito mesopotámico. En el Cristianismo, no aparece reflejado en los Evangelios y se incorpora con posterioridad, de la mano de los Padres de la Iglesia y los primeros cristianos. Mi pregunta es si pudiera el Prof. Piñero desarrollar en qué circunstancias se produce la incorporación de este episodio a la tradición cristiana y, si lo tiene a bien, cuál es su relación con algunas otras de las antiguas religiones.
RESPUESTA:
Es un tema del que no me he ocupado especialmente, pues absoluta y claramente legendario. Pero sí puedo decir que la idea fue incorporada a la teología cristiana desde muy antiguo, puesto que está contenida, por orden de aparición cronológica (véase «Los Libros del Nuevo Testamento» en los lugares que voy a citar):
- Romanos 10,6-7: “la justicia que viene de la fe habla así: «No digas en tu corazón ¿quién subirá al cielo?», es decir, para hacer bajar al Mesías;7o bien: «¿Quién bajará al abismo?», es decir, para hacer subir al Mesías de entre los muertos.
- Mateo 12,39-40: “Una raza malvada y adúltera exige una señal, y otra señal no se le dará sino la señal del profeta Jonás.40Pues como «tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino», también tres días y tres noches estará el Hijo del Hombre en el seno de la tierra”.
- Mateo 27-50-54:
Y he aquí que el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo, la tierra tembló y las rocas se escindieron, 52 las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron, 53 y después de la resurrección de él salieron de sus tumbas, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a mucha gente.
Comentario de Josep Montserrat: “las tumbas se abrieron… a mucha gente: los terremotos señalan el inicio del fin del mundo en 24,7; el pasaje tiene, pues, signo escatológico. Los vv. 52 y 53, propios de Mateo, son los más enigmáticos de todo el evangelio. Los justos resucitan antes de Jesús, en virtud pues de su muerte, no de su resurrección. Jesús ya no es «la primicia» de los resucitados (1 Cor 15,20). Se dice absurdamente que permanecieron en sus tumbas hasta después de la resurrección de Jesús, casi dos días. Luego entraron en Jerusalén, cosa que el Jesús redivivo se guardará de hacer (véase 28,7). El que fraguó esta extraña leyenda creía evidentemente que el fin del mundo ya se había iniciado, para lo cual podría apoyarse en los anuncios de Jesús acerca de la inminencia del fin, véase 10,23; 16,28; 24,34
- Efesios 4,8: Comentando Hechos 1,9 (“fue elevadoy una nube lo sustrajo a sus ojos”escribo: la concepción de una ascensión física, pasados unos días en la tierra, es más tardía que la primitiva idea de una exaltación al cielo el mismo día de la resurrección. El manuscrito D lee: «Una nube lo elevó y fue quitado de su vista». El autor deEfesios se refiere probablemente al ministerio de Jesús (quien desciende a la tierra) y a la ascensión (Jesús sube por encima de los cielos) cuando comenta el Salmo 68,19 en 4,8: «Por eso dice: “Al subir a la altura, llevó cautiva la cautividad, repartió dones a los hombres”» y sostiene que el que bajó es el mismo que subió, es decir, el Jesús de la historia es el mismo que el Cristo de la fe. En ámbito bíblico y en la literatura apócrifa intertestamentaria la nube es un medio de transporte de una entidad divina en casi todas las ocasiones (Dn 7,13; IV Esdras 13,3).
- 1 Pedro 3,18-19:También Cristo padeció de una vez por todas por los pecados; justo como era, padeció por los injustos, para conducirnos a Dios; muerto en su carne, fue vivificado por el espíritu,19 en alas del cual fue a predicar a las almas que moraban en cautividad”
Comentario de Josep Montserrat:
fue a predicar a las almas: en la literatura cristiana primitiva hay alusiones a la estancia de Jesús en el mundo de los muertos (el Hades) entre su muerte y su resurrección: Mt 12,40; Rm 10,7; Ef 4,9. Pero solo en este lugar se dice que fue a predicar a las almas que allí moraban. A tenor del pasaje que viene a continuación, podría tratarse de las almas de los hombres entre Adán y Noé, que en el texto bíblico se pervierten y no son objeto de ninguna promesa de salvación, como sí lo son los descendientes de Noé y después los de Abrahán. Las almas de estos hombres estaban en una cárcel (phylaké), no simplemente en el sheol como las almas de los justos antes de la venida del Mesías.
- 1 Pedro 4,5-6: Ya les llegará de rendir cuentas al que está dispuesto a juzgar a los vivos y a los muertos.6Es por esta razón por la que también los muertos han sido evangelizados, de modo que, juzgados con criterios humanos cuando estaban en la carne, sean vivificados según el juicio de Dios al hallarse en espíritu.
La respuesta es pues muy clara: el descenso a los infiernos está integrado en la tradición cristiana desde tiempos de Pablo, es decir, muy pronto.
El descenso de Cristo a los infiernos como tal no aparece en lo Hechos Apócrifos de Andrés, Pedro, Juan y Pablo pero sí en los Hechos de Tomás 10,3 p. 923; 156, 1 p. 1179 ; Hechos en Hechos Apócrifos de los Apóstoles, Edición A. Piñero, G. de Cerro Tomo II. BAC nº 656.
Luego aparece la tradición en textos más tardíos los Hechos de Juan de Prócoro = Virtutes Johannis 3,11: Véase estos Hechos en Hechos Apócrifos de los Apóstoles, Edición A. Piñero, G. de Cerro Tomo III p. 523 con variantes de los manuscritos (BAC nº 701).
Y de aquí se salta hasta el Evangelio de Nicodemo, cuya tradición puede ser muy antigua, del siglo III, pero el texto es ya muy tardío, plenamente medieval. Vea el texto en Todos los Evangelios Edic de A. Piñero, EDAF Madrid, 2009, con múltiples reediciones, pp. 343-356, imposible de transcribir o resumir aquí. Todos los evangelios es una obra muy accesible.
La relación con otras antiguas relaciones de otras religiones. No lo sé con exactitud porque no me he ocupado de este asunto. Le ruego que lo busque Usted en las obras de Mircea Eliade y de Geo Widengreen.
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RESPUESTA A LA PSIQUIATRA CARIDAD TORRES LÓPEZ
Ahí va (serán tres partes)
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Y por otro lado vuelve a aparecer la cuestión de los testigos de la mano de la psiquiatra Caridad Torres Lopez:
En primer lugar, en los atentados de las torres gemelas , los testigos describieron los detalles totalmente diferentes, ropas, estallidos , incluso el numero de los aviones, pero coincidian en lo esencial. El Shock post traumático explica porque ante situaciones muy traumáticas con un número plural de testigos, cada uno lo percibe de una manera y acaba dando, según estudia la psiquiatría, una versión distinta y lo ve de una manera distinta, incluso divergen en el aspecto de los testigos, o de colores de coches distintos, precisamente por la situación traumática en lo que se llama el shock post traumático. Por esta razón hay varias versiones sobre la resurrección de Jesús , como objetivamente explica los efectos de este shock post traumático, y al contrario de quitarle veracidad , lo reafirma porque implica indubitadamente, que hay varias fuentes, que en lo sustancial si coinciden.
Imagino que los historiadores le darán una extrema credibilidad cuando coinciden todas las fuentes en una misma versión del pasaje de José de Arimatea ¿No es así?
RESPUESTA:
1 Schock postraumático puede estar detrás de las narraciones de la aparición de Juan (no en Marcos) en Mateo 28,8-10 (clara expansión secundaria de Marcos): “Ellas se fueron del sepulcro a toda prisa, asustadas pero llenas de alegría y corrieron a anunciarlo a sus discípulos. 9 Súbitamente Jesús les salió al encuentro diciendo: Alegraos. Ellas se acercaron, se aferraron a sus pies y se postraron ante él. 10 Entonces Jesús les dijo: –No temáis; id y anunciad a mis hermanos que voy a Galilea, allí me verán.
Aquí hay poco schock, pero puede concederse. Reproduco aquí el diálogo ficticio compuesto por Javier Alonso (pero basado al pie de la letra en los Evangelios y en las Cartas de Pablo) en su libro “Resurrección” de la editorial Arzalia Historia:
Cita de Javier Alonso:
Para darnos cuenta de hasta qué punto los relatos son contradictorios, imaginemos por un momento que un afortunado investigador tiene la enorme suerte de poder llevar a cabo un interrogatorio cara a cara con los evangelistas.
Sentado en su mesa, el investigador se ajusta las gafas y mira a sus interlocutores. Al otro lado de la mesa, cómodamente sentados en unas butacas, se encuentran Marcos, Mateo, Lucas, Juan y Pablo de Tarso.
− Bien caballeros –rompe el hielo el estudioso mientras toma notas en un cuaderno–. Si les parece, comenzaremos por una pregunta muy sencilla sobre la tumba de Jesús. ¿Saben ustedes si se apostaron soldados para vigilar la tumba tras el sepelio?
Todos los testigos niegan con la cabeza, excepto uno.
− Por supuesto que sí –contesta Mateo–. Los pusieron los saduceos porque temían que alguien robase el cadáver de Jesús.
Los demás testigos se miran extrañados, vuelven la vista haca Mateo, después hacia el investigador y se encogen de hombros.
− Bueno, quizás no lo recuerden –concede el interrogador–, pero al menos podrán decirme qué personas fueron las primeras en ir a la tumba…
− ¡Eso sí lo recuerdo bien! –exclama exultante Marcos– Fueron tres mujeres: María de Magdala, María la de Jacobo y Salomé.
− ¡Que va! –le interrumpe Mateo– Sólo fueron dos: María Magdalena y la otra María.
− Fueron por lo menos cinco –tercia Lucas–. María Magdalena, Juana y María la de Jacobo y al menos otras dos.
− Pues menos mal que sois los sinópticos y compartís información –comenta Juan en tono irónico–. Por lo que yo se, sólo fue María Magdalena.
− No me están ayudando mucho, la verdad –suspira el investigador–. ¿Y qué me dicen de los hombres? ¿Acudió alguno a la tumba?
− Sólo Pedro –contesta Lucas, mientras observa cómo Marcos y Mateo se quedan sorprendidos ante esta noticia.
− No te olvides del segundo discípulo –le corrige Juan–, el que llegó antes que Pedro.
El investigador anota las observaciones, y vuelve a la carga con las mujeres que fueron a la tumba:
− ¿Saben ustedes a qué fueron las mujeres a la tumba la mañana del domingo?
Esta vez son Mateo y Juan los que guardan silencio. No lo saben.
− A ungir el cadáver –responde Marcos– ¿No es así, Lucas?
Lucas asiente.
− Pasemos a la tumba –señala el estudioso–. ¿Alguien sabe cómo se abrió?
− Hubo un terremoto –responde Mateo– y la piedra se movió.
− ¿Un terremoto? –Marcos lo mira con incredulidad– Desde luego, esa información no la has tomado de mi evangelio.
− Nosotros tampoco sabemos nada sobre ese terremoto –dicen a la vez Lucas y Juan.
La desesperación comienza a invadir el ánimo del investigador, que no ve la forma de conciliar los datos. Apunta lo del terremoto y vuelve a la carga.
− Al parecer –comenta tanteando el terreno– se produjo una visión de un ser angelical… ¿Era sólo uno? ¿Dónde estaba?
− Sólo uno, sí –responde Marcos– y estaba dentro de la tumba.
− Perdona, Marcos, pero no es cierto –le corrige Mateo–. Estaba fuera, sentado sobre la piedra que cerraba la tumba.
− Os equivocáis –interrumpe Lucas–. Eran dos ángeles.
− Sí, dos –confirma Juan– y estaban dentro de la tumba.
El investigador suspira de nuevo, esta vez con más fuerza.
− A mí no me mire –se excusa Pablo de Tarso, que hasta ahora no ha abierto la boca– De todo esto no me contaron nada…
− Veamos si usted sabe algo –le responde el paciente interrogador–. ¿Podría decirme qué personas y en qué orden vieron a Jesús.
− Me alegro que me haga esa pregunta –sonríe satisfecho Pablo–. Citándome a mí mismo, puedo decirle que Jesús se apareció a Cefas y después a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos de una sola vez: la mayoría viven todavía, algunos murieron ya; después se apareció a Santiago y después a todos los apóstoles. Al final de todos, como a un aborto, se me apareció a mí. Pues yo soy el más pequeño de los apóstoles…
− Gracias, es suficiente. ¿Están ustedes de acuerdo? –pregunta el hombre dirigiéndose a los cuatro evangelistas.
Marcos se encoge de hombros y niega con la cabeza.
− Lo siento. No sé nada de esas visiones.
− No fue Pedro. Fueron las dos Marías –señala Mateo–. Y aún diría más: aunque Marcos dice que las mujeres no lo contaron a los discípulos, yo os aseguro que sí lo hicieron.
− Creo que te falla la memoria, querido Mateo –interrumpe Lucas–. Las mujeres no vieron a Jesús. Fueron los discípulos que iban a Emaús y Pedro quienes lo vieron.
− Las mujeres, no, la mujer –apostilla Juan–. Sólo se le apareció a María Magdalena. Luego ya se les apareció a los discípulos varias veces, tanto en Jerusalén como en Galilea.
− ¿Galilea? –preguntan a coro todos los demás.
El investigador levanta la mano haciendo una señal de que no discutan con Juan. Prefiere avanzar con el interrogatorio y tocar el último punto.
− ¿Y qué me dicen de la Ascensión? Porque ustedes, Mateo, Marcos y Juan, no la mencionan…
− Quizás nadie les contó que tuvo lugar en el monte de los Olivos cuarenta días después de la resurrección –comenta Lucas–. Así lo escribí en los Hechos de los Apóstoles.
− Pero en su evangelio dice que fue en Betania –señala el interrogador.
− Bueno, están bastante cerca, ¿no? –sonríe Lucas.
Minutos después, los redactores de los textos abandonan el despacho comentando animadamente la velada y compadeciendo al pobre estudioso de sus textos, que ha quedado abatido sobre el escritorio, agotado por el esfuerzo de intentar conciliar lo que es inconciliable.
Fin de la cita de Javier Alonso
Si a usted le parece que todas estas diferencias se deben a un shock traumático… me quedaría maravillado.
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Saludos,
Antonio Piñero
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Pregunta 19 (26)
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Y en segundo lugar debo puntualizar la respuesta dada a mi colega el profesor Jose María Jiménez:
1- Dice Piñero «1 No ven exactamente la misma alucinación:
– Ven un tal Jesús vivo. Después los adornos son los que usted quiera, pero que personas que no se conocen , en lugares diferentes, momentos diferentes tengan la misma historia del mismo personaje apareciéndose , no existe en psiquiatría y si en cuentos de misterio. (Por querer huir de lo sobrenatural, se meten de bruces) .
RESPUESTA:
Naturalmente: la expresión de la fe es siempre la misma, ven a un Jesús vivo. Pero los testimonios del Nuevo Testamento de que ven a un Jesús vivo no serían aceptados como probatorios por ningún juez del mundo entero. Una verdad tan trascendental es revelada solo a los compañeros y amigos del Resucitado y los textos que lo confirman son incompatibles entre sí. Queda reducida la creencia en la resurrección a que se apareció por primera vez a una mujer (María Magdalena: Evangelio de Juan); varias mujeres (Evangelio de Mateo), a dos discípulos (evangelio de Lucas) y a Pedro (Pablo de Tarso). ¿Cómo es que se apareció por primera vez a tantas personas distintas, según os Evangelios?
¿Cómo puede usted atribuirlo a un shock post traumático?
2-Dice el Sr.Piñero «Ni se entregan a ningún martirio personal ni nada de nada.»
-Piñero debe haberse perdido el martirio de Esteban (Hechos 7:59) , Pilero debió perderse la decapitación de Santiago (Hechos 12:1-2) , Piñero debe haberse perdido «Después de la muerte de Esteban, comenzaron a perseguir a los creyentes, por lo que algunos tuvieron que huir a Fenicia, Chipre y Antioquía. «(Hechos 11:19)
RESPUESTA:
- A) El martirio de Esteban no se debió. Según Hechos expresamente a la creencia en la resurrección del Mesías, sino a los presuntos ataques de este mesías y de su discípulo Esteban al Templo y a la Ley de Moisés
- B) El martirio de Santiago se debió no a la creencia en la resurrección del Mesías, sino a motivos políticos: la secta de los mesianistas estaban haciendo propaganda de un mesías que había sido condenado como sedicioso contra Roma, A Herodes Agripa I no le parecía nada bien. Por ello, decidió complacer también a los judíos no creyentes y ordenó la persecución de solo los cabecillas.
- C) Y es curiosísimo, y contrario a su tesis, que en el capítulo 8 de Hechos se persiga a los judeocristianos helenistas, que tienen que huir a Chipre, Antioquía, Libia, etc. Y n o se persiga a los Apóstoles que predicaban exactamente la resurrección del Mesías.
- D) La cita de Hechos 111,19 no es completa. Dice así: “Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que sobrevino después dela muerte deEsteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando la palabra a nadie, sino solo a los judíos.
Es decir, son perseguidos por la misma causa que Esteban no exactamente por afirmar que creen en la resurrección de una persona. Es seguro que los que apedrearon a Esteban creían en la posible resurrección de una persona santa.
3- Dice el Sr. Piñero «Creen en lo que otros dicen; prestan fe a otros que imaginan o creen saber que dicen la verdad» Esto es especulativo absolutamente. No hay ni un texto que respalde tan cosa.
RESPUESTA:
En absoluto es especulativo. Se deduce de los textos mismos.
4-Y por último se niega a contestar diciendo que no existe una historiografía oficial, sin ir al fondo, escapando de la pregunta que le hace el Catedrático de Astrofísica y que yo le reformulo diciendo » ¿Qué plan B de explicación existe para el caso de que 1Corintios sea como lo narra Pablo?» ¿ como desmonta usted 1Corintios sin incurrir en apriorismos ni argumentos circulares? Pruebas Sr.Piñero y si no tiene, entone entonces un «No tengo pruebas de lo que digo» y pasemos a otra cosa.
RESPUESTA:
Pablo (quien probablemente recibe la “llamada” de Dios, dos o tres años después de la muerte de Jesús, una “llamada”, digo la cual le proporciona la verdad sobre el sentido profundo y real de la muerte y resurrección de Jesús; es decir, en éxtasis profético; su usted quiere creer en el contenido de un éxtasis profético tendría que creer mil cosas extrañas de la antigüedad judía y grecolatina) solo sabe de la resurrección de Jesús por lo que le dijeron otros cristianos, según Hechos:
“Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado. Tomó alimentos y cobró fuerzas. Y por varios días estuvo con los discípulos que estaban en Damasco. Enseguida se puso a predicar de Jesús en las sinagogas, diciendo: «Él es el Hijo de Dios».
Por tanto, el testimonio de Pablo sobre la resurrección consiste en dar crédito los que otros le dijeron; es decir, cosas que él no sabía. No desmonto nada de 1 Corintios. Solo le digo lo que es evidente por lo que sabemos de Pablo mismo (vea Gálatas 1 y 2) y por los Hechos de los Apóstoles.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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Saludos,
Antonio Piñero
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