LA VERDAD SOBRE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO : PROFESOR PIÑERO VS ERUDITOS CREYENTES (1)

Queridos amigos.

Durante estos meses nos habéis dejado preguntas sobre la resurrección de Jesús más interesantes de las que jamás hemos leído en ningún sitio.Esas preguntas tan interesantes, motivadas y trabajadas serán sometidas al criterio de nuestro amigo el Profesor Piñero y una vez leídos los argumentos de nuestro eruditos creyentes y del profesor Piñero que cada uno saque sus conclusiones.

A cada pregunta son el comentario del profesor Piñero le dedicaremos una entrada porque sin duda lo merece.

 

Pregunta 1

Parece que es admitido que el hallazgo del sepulcro vacío por tres mujeres (lo cual fue ocultado en I Corintios y ridiculizado por Celso por ejemplo) dejando el hecho central del comienzo de la historia en manos de tres mujeres, no puede ser en modo alguno una invención . Si no se puede entender como una invención la crucifixión ignominiosa ( criterio de la vergüenza) del héroe Jesús y tampoco se puede entender como invención el ser encontrado el sepulcro vacío por tres mujeres , tenemos seiss verdades históricas a nuestra disposición :

PRIMERA VERDAD HISTORICA: JOSÉ DE ARIMATEA PIDE EL CUERPO DE JESÚS PARA METERLO EN SU SEPULCRO
Criterio de testimonio múltiple:
Nada menos que un pleno . Todos los evangelistas ,Mateo 27:57 , Marcos 15:43, Lucas 23:50 y Juan 19:38 coinciden en que José de Arimatea pide el cuerpo de Jesús para llevarlo a su sepulcro.
Esta información proviene de tradiciones distintas, porque las versiones que rodean el hecho son distintas:
Marcos dice que entró de una manera muy osada y pidió casi exigiendo el cuerpo de Jesús, sin embargo Juan dice que pidió muy suavemente y casi secretamente el cuerpo a Pilato.
Mateo dice que era discípulo de Jesús pero Lucas dice que no, que simplemente era un hombre justo .
Pero los 4 evangelistas coinciden en lo mismo y las versiones de ser enterrado por los judíos son muy posteriores y alejadas del hecho como el de Hechos por algún seguidor muy tardío de Lucas.

8 RAZONES HISTÓRICAS PARA CREER EN LA HISTORICIDAD DE JOSÉ DE ARIMATEA, alguien identificable y conocido en Jerusalén, sobre lo que no es fácil mentir a la vista de todo el pueblo:

1) Es referenciado con su nombre concreto.
2) Es recogido por los cuatro evangelistas. (Criterio de testimonio múltiple)
3) Está localizado en una población de 30.000 personas como es Jerusalén.
4) Está circunscrito al año 30 (dentro una localidad pequeña como es la mencionada Jerusalén)
5) Ostentar un puesto de trabajo muy conocido en un sinedrio de Jerusalén obligatoriamente le hace muy conocido por toda la población.
6) Era uno de los ricos del pueblo.
7) En palabras de Juan , José De Arimatea se lleva el cuerpo junto con Nicodemo, otro nombre concreto, que además es otro hombre rico con un cargo importante que le haría relevante, identificable individualizadamente y conocido en su pueblo.                                                                                                                                                                              8) Tiene un sepulcro privado en propiedad.

 

SEGUNDA VERDAD HISTORICA : EL SEPULCRO ESTABA VIGILADO (criterio de la vergüenza)
Sabemos que al sepulcro le pusieron guardias de vigilancia ( Mateo 27:66) por el criterio de la vergüenza porque añade que estos cristianos son capaces de robar el cuerpo.

TERCERA VERDAD HISTORICA : EL SEPULCRO ESTABA VACÍO (Criterio de dificultad)
Criterio de dificultad nos da la clave porque si tenemos que inventar una historia no ponemos a tres mujeres como testigo en el siglo I, de manera que si en el mismo relato decimos que hay tres mujeres que acuden al sepulcro y que lo encuentran vacío, siguiendo el criterio de dificultad, sin duda,lo estaba porque además proviene de fuentes distintas al dar versiones en los detalles totalmente diferentes como el número de ángeles con las palabras que se dicen.

CUARTA VERDAD HISTORICA: CONVENCIMIENTO ABSOLUTO DE LOS TESTIGOS OCULARES DE JESÚS QUE LO ESTÁN VIENDO RESUCITADO. Criterio de Dificultad.

Criterio de dificultad porque gozan objetivamente de credibilidad histórica la resurrección individual de Jesús que difícilmente habrían sido inventado por un judío del siglo I y que ni siquiera Marcos sabe a que se refiere eso de una resurrección individual. Y aún así hay multitud de personas que están convencidas que ese hombre ha resucitado (con el handicap de lo tremendamente realistas y empíricos , de «si no lo veo , no l ocreo» que eran los judíos del siglo I)
Sin el convencimiento absoluto de sus discípulos de que Jesús realmente sí que estaba resucitado no se puede entender el cristianismo primitivo. Eso es algo reconocido por cualquier historiador.

QUINTA VERDAD HISTORICA: «CONVERSIONES AL CRISTIANISMO DE EXCEPTICOS Y ENEMIGOS COINCIDENTE CON ESA RESURRECCIÓN
Conversión al cristianismo.
Aunque el término conversión no es del todo correcto pero para entendernos, sería aquel cambio radical de gente que consideraba que Jesús era un loco como su propio hermano Santiago, o como el caso de Pedro y sus negaciones, Tomas y su incredulidad, la cobardía de los apóstoles que corren como como conejos o Pablo perseguidor de cristianos, pero que de repente experimentan algún tipo de situación tan transformadora que adquieren una fe incomprensible.

SEXTA VERDAD HISTORICA : TODO PASA EN JERUSALEM
Estamos hablando de que se determina una ciudad en concreto del siglo I y que los evangelios son escritos también en el siglo 1 no se podía contar una milonga en una población pequeña del siglo I de cosas que todo el mundo sabía que eran absolutamente falsas y que todos al escucharlas habrían dicho pero que está diciendo este hombre.

¿ son estos seis puntos los comunes entre historiadores creyentes y no creyentes ?

Tomas Sánchez Ardieta

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PROFESOR PIÑERO

Querido amigo:

Ahí va mi larga respuesta a la primera pregunta:

RESPUESTA 1:

El preámbulo a la primera pregunta afirma, o mejor, habla de verdades históricas, pretendidamente, o bien dífilamente refutables. Y en esa pregunta inicial se menciona de entrada la figura de José de Arimatea.No me parece ya  irrefutable esta mención, que trato de nuevo más adelante, cuando en la exégesis científica, incluso a católica, se pone en duda incluso la veracidad histórica del personaje José de Arimatea, ya que tal figura se presenta dentro de una narración con notables tintes legendarios.Parto de un texto de Hechos del cap. 2 y de Filipenses para mostrar que muy probablemente los primeros cristianos no pensaron en una resurrección corporal de Jesús sino en una elevación-exaltación de su alma al cielo. ¿Por qué esta distinción? Pues porque los judíos piadosos “corrientes” del siglo I en Israel estaban por lo general influenciados por las ideas de los fariseos, a los que consideraban los maestros del pueblo. Según los fariseos no habría resurrecciones de individuos particulares antes de la resurrección general (de todos los seres humano, o de los justos) para rendir cuentas en el Juicio Final. Por eso se les hacía difícil admitir una resurrección, naturalmente también corporal de un individuo aislado, en este caso, Jesús de Nazaret (Mc 9,32 y Lc 9,45: no entendían los discípulos eso de que el mesías tenía que sufrir y luego resucitar: el mesías; un individuo solo)

Hechos 2, 33-35: “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen. Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice: “Dijo el Señor a mi Señor: ‘siéntate a mi diestra,  hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’”.

Naturalmente cita textos bíblicos, que el autor no puede modificar, que hablan de que el mesías no puede sufrir la corrupción en la tumba. Pero esto se refiere a la resurrección inmediata antes del Juicio. Cuando se habla de Jesús se emplean los términos de “exaltación a los cielos”.Igualmente en Filipenses 2,8-9: “Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre,

El relato de Hechos 13,27-31 es fiable históricamente:

Transcribo el texto:“Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocer a Jesús ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, cumplieron estas escrituras, cuando lo condenaron. Aunque no hallaron causa para dar muerte a Jesús, pidieron a Pilato que lo mandara matar.  Cuando habían cumplido todo lo que estaba escrito acerca de Él, lo bajaron (los mismos gobernantes judíos) de la cruz y lo pusieron en un sepulcro. Pero Dios lo levantó de entre los muertos; y por muchos días se apareció a los que habían subido con Él de Galilea a Jerusalén”

Razones:

  1. Es la tradición más difícil (criterio de dificultad). Es tardía ciertamente; pero no menos que la del Evangelio de Juan que quizás sea más tardía aún. Sin embargo el preguntante ofrece como testimonio infalible la tradición de Juan y no la de Hechos. El argumento es sesgado y no se sostiene.

 

  1. Es tan respetable en principio como otras tradiciones de la Biblia a las que se presta fe ciega acríticamente.

 

  1. Y por último: es imposible que los enemigos acérrimos de Jesús otorgaran a su enemigo, Jesús, cuya muerte maquinaron como necesaria para contener la rabia romana, puesto que Jesús era un sedicioso contra el Imperio y podría causar enormes problemas de orden público– una sepultura honrosa.

Y ¿qué hicieron con sus dos compañeros, probablemente discípulos de Jesús, y no simples malhechores –en vez de sediciosos– como dice Lucas? Es esta “tradición” puramente inventada sobre “el buen y el mal ladrón, absolutamente rechazada como no histórica por toda la crítica. Qué hicieron, pues, las autoridades judías con esos cuerpos? Actuaron selectivamente honrando al cabecilla de la sedición? Es inconcebible históricamente.

Respecto a que hay un “pleno” de testimonios:

La afirmación ignora que los presuntos testimonios de Mateo y Lucas dependen en este caso también y en su base del Evangelio de Marcos. Lean, por favor, cualquier comentario científico al respecto. Lo que hacen Mateo y Lucas es adornarlo por su cuenta con otras traiciones menores, que son meras añadiduras al relato de Marcos. Por tanto de Mateo, Lucas y Marcos hay que reconocer en su base una traición única. No tres.

Respecto al evangelio de Juan: La comunidad científica se inclina cada vez más hacia a consideración de que “Juan” / la tradición del Cuarto Evangelio tampoco es independiente. La crítica moderna reflejada en la obra comunal «Los Libros del Nuevo Testamento» afirma que el evangelio de Juan conoce perfectamente la tradición sinóptica, solo que la repiensa, la reinterpreta y la reescribe.

Parece cierto, sin embargo, que en el relato de la Pasión de Jesús el evangelista Juan tiene una tradición parcialmente diferente. Y digo parcialmente porque coincide en diversos puntos con la tradición de Lucas, ambas recogidas por dos grupos cristianos primitivos (judeocristianos y paganocristianos de la ciudad de Éfeso. Probablemente es una tradición que se formó tardíamente entre los judeocristianos de esa ciudad.

Así que en todo caso tenemos dos fuentes (tema enormemente discutido, tendiendo a la negativa), no un múltiple atestiguación de cuatro fuentes. Y yo me inclino, y conmigo otros muchos estudiosos, a pensar que en realidad la fuente es única: el relato premarcano de la pasión modificado por Marcos.

Respecto a José de Arimatea: la tradición   es confusa y variada respecto al estatus del personaje y su actuación. Por ello yo dudo también de que sea un personaje histórico tal como se le presenta y que perteneciera al “Consejo” = al Sanedrín. Pero no se puede hacer una afirmación rotunda

Sobre el criterio de “vergüenza”: si no fuera verdad, lo de la tumba vacía y lo de las tres mujeres, unos judíos, social tan antifeministas en aquella época, jamás habrían inventado esta tradición.

Sobre esto respondo: La idea común de la investigación actual (y no hablo de alguna crítica protestante alemana que niega de plano la resurrección [¡Y son cristianos!] es que lo primerísimo en la fe cristiana no es la resurrección sino la apariciones. Y fueron probabilísimamente las mujeres del grupo las que sintieron vivamente que Jesús vivía dentro del grupo. Y fueron, también  muy probablemente las mujeres las que tras haber sentido vivencialmente la presencia de Jesús espiritualmente dentro del grupo, las que convencieron a los varones, al principio más renuentes en creer. Por tanto, no es absolutamente nada extraño que la tradición otorgue un papel crucial a las mujeres en la creencia de apariciones y resurrección porque fue probablemente la verdad.Así que el orden es apariciones a las mujeres à creencia en la resurrecciónà convencimiento de los varones à creación de la narración de la tumba vacía, porque el cadáver de Jesús no puedo ser encontrado, ya que fue enterrado en una fosa común. Me explico: tras  muchas críticas de los enemigos judíos (por ejemplo, algo parecido a que Jesús no había resucitado, que se aparecía solo a sus íntimos y no a sus enemigos; que los discípulos habían robado el cadáver del Maestro, etc., se inventó lo de la tumba vacía, que es, por tanto un tema secundario. Y dentro del ambiente de la creación del relato de la tumba vacía es cuando surge la narración de José de Arimatea y de su petición del cuerpo del ajusticiado. No niego la posible petición, porque hay casos atestiguados de tal pedido a las autoridades romanas. O bien, más escépticamente, algunos críticos piensan que se inventó lo de José de Arimatea porque había precedentes conocidos de que una petición de tal estilo era posible. Y finamente otros piensan que había una suerte de grupo oficial  (un sinedrio) en Jerusalén encargado de la recogida de cadáveres de peregrinos muertos en las fiestas religiosas, o la de los facinerosos fallecidos dentro de las murallas de la capital. Y que el jefe de ese “consejo” (no “miembro del Consejo o Sanedrín) era un individuo llamado José (pero ¡ojo! El nombre es griego, José de Arimatea, y no judío que sería José + el nombre de su padre). Esta leyenda, pues, se creó en ámbito griego. Y digo se inventó: lean por favor, en una sinopsis española de los cuatro evangelios el relato del Evangelio de Juan sobre el descendimiento y el entierro. Es increíble el engrandecimiento y legendarización de los datos: añade el episodio de la perforación del costado de Jesús por una lanza y cómo salió de él sangre y agua (Jn 19,31-37); añade la figura de Nicodemo a la de José de Arimatea; para el embalsamamiento de Jesús Nicodemo aporta ¡cien libras de mirra y áloe! (/= casi 50 kilos); la tumba está en un huerto (¡!) en las afueras de Jerusalén donde el precio del terreno esra súper caro, y la tumba de Jesús era absolutamente nueva. Es decir los historiadores no se fían de ningún modo de un relato tan magnificante.

Saludos muy cordiales de Antonio Piñero

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ANTONIO PIÑERO

Querido amigo:

Ahí va mi respuesta a las dos precisiones

Precisión Primera:

El otro día ya habíamos acordado que las fuentes de los cuatro evangelios eran múltiples, además habíamos hecho una división de porcentajes en la que Mateo por ejemplo tenía parte suya, parte que compartía solo con Marcos, parte que compartía solo con Lucas , parte entre los tres ,es decir, que venían de fuentes muy distintas y sin embargo ahora le he leído que de nuevo adjudica una o dos fuentes a los textos.

Respuesta:

Creo que las estadísticas están bien y representan ante todo una confirmación a mi tesis, a saber:

Que en el cristianismo de finales del siglo I no hay aún oficialmente libros sagrados. Por tanto el Evangelio de Marcos, utilizado por Mateo y Lucas, y a través de Lucas, probablemente en Éfeso por los autores del Evangelio de Juan, sufre una serie de reediciones. Estas son correcciones, enmiendas, eliminaciones, añadiduras.

Que en lo que afecta a la resurrección de Jesús (insisto: primero apariciones a las mujeres de alguien que no es necesariamente corpóreo, sino espiritual, exaltado a los cielos. Su alma inmortal ha sido elevada al ámbito divino; luego surgimiento de la creencia en la resurrección) , las fuentes pueden ser múltiples, si contamos las añadiduras y cambios, pero ninguna de ellas posee atestiguación múltiple. Por tanto se abre un paréntesis serio de dudas, que se corrobora por las notables ambigüedades y contradicciones de esas fuentes.

En síntesis: No creo, pues, que puedan contarse históricamente hablando de fuentes absolutamente independientes. Y si lo son (difícil en un cristianismo primitivo que en la época en la que escriben Mateo y Lucas podría contar con unos 1.500 miembros o por ahí), carecen de rigor y de atestiguación múltiple.

II Precisión segunda:

“Y en segundo lugar cuando dice que los enemigos de Jesús no le iban a dar una sepultura honrosa realmente no se está refiriendo a que los judíos debiesen esa sepulturas, sino que un judío en particular que era José de Arimatea se lo lleva a su sepulcro y allí le dará el enterramiento que él considere porque el sepulcro suyo”.

Respuesta:

Sí. Así es lo que se dice. Creo haber respondido, al menos implícitamente a este argumento exponiendo mi tesis de las dudas notables entre los estudiosos acerca de la historicidad plena del personaje “José de Arimatea”.

Desde luego de nada vale un relato magnificante y exagerado del Evangelio de Juan. Puede valer el relato cronológicamente primero de Mc 15,42-47. Pero a la luz de que la crucifixión era múltiple, del motivo de ella: sedición contra el Imperio; que antes había habido un motín antirromano con el resultado de un muerto = soldado romano (Mc 15,6); que estaban en tiempos de la Pascua con un enorme gentío en Jerusalén; que el descenso de la cruz fue por orden de sus acérrimos enemigos las autoridades judías (Según el comentado pasaje de Hch 13,27-29), los exegetas independientes no estimamos histórica la petición de cadáver de uno de los sediciosos, además el jefe, y que Pilato lo concediese enemistándose por ello con las autoridades judías, y en contra de la dureza misma de la postura romana frente a los sediciosos contra el Imperio, como era Jesús y su banda desde el punto de vista de Pilato. Es totalmente inverosímil históricamente.

Por ello, y en una palabra, no creemos que lo ocurrido con José de Arimatea tengo visos algunos de historicidad.

Saludos,

Antonio Piñero

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HISTORIADOR MATIAS MORENO:
Le exponemos de nuevo los 7 puntos de por qué José De Arimatea podría ser el punto de confluencia entre creyentes y agnósticos porque no pudo ser un invento :

1) Es referenciado con su nombre concreto.
2) Es recogido por los cuatro evangelistas. (Criterio de testimonio múltiple)
3) Está localizado en una población de 30.000 personas como es Jerusalén.
4) Está circunscrito al año 30 (dentro una localidad pequeña como es la mencionada Jerusalén)
5) Ostentar un puesto de trabajo muy conocido en un sinedrio de Jerusalén obligatoriamente le hace muy conocido por toda la población.
6) Era uno de los ricos del pueblo.
7) En palabras de Juan , José De Arimatea se lleva el cuerpo junto con Nicodemo, otro nombre concreto, que además es otro hombre rico con un cargo importante que le haría relevante, identificable individualizadamente y conocido en su pueblo.                                                                                                                                                                              8) Tiene un sepulcro privado en propiedad.

Cualquiera de ese lugar, en esa época sabría si esos textos mienten como bellacos, o si por el contrario, había un rico llamado José, De Arimatea, con sepulcro, perteneciente a un Sinedrio.

 

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PROFESOR PIÑERO:

· El Evangelio de Mateo se compone unos 50 o 55 años después de la muerte de Jesús y no en Jerusalén, sino en algún lugar de Siria. Todos los posibles replicantes estaban muertos!!!
· El Evangelio de Juan se compone en Éfeso no en el Jerusalén hacia los años 95-100: todos os replicantes estaban muertos.
· El nombre de José de Arimatea es griego, no judío. La tradición es, pues, griega, y posterior.
Por tanto la conclusión: «absolutamente cualquiera de los habitantes de Jerusalén del siglo 1 habrían dicho que eso es una mentira» es absolutamente imposible.
Y por último, ye he escrito que en todo caso, José de Arimatea sería el encargado de un pequeño grupo (un sinedrio; NO el Gran Sanedrín) de sepultureros de Jerusalén que quintuplicaba su población en la Pascua.
En el descendimiento el Evangelio de Juan pertenece sencillamente a la literatura fantástica.
No puede haber, pues, punto de encuentro.

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HISTORIADOR MATIAS MORENO:
Buenos días profesor.
Mire, usted es profesor en la Universidad Complutense desde 1970. Han pasado 53 años.
(Imagine que usted nunca se hubiera hecho famoso ni hubiera internet, ni hubiera escrito libros) Imagine que un escritor elabora un texto hoy en Junio de 2023 en el que dice que en la Universidad Complutense de Madrid, en 1970 , había un profesor llamado Antonio Piñero (Jose De Arimatea), que era profesor de Filología griega (Miembro del sinedrio), que tenía un barco (Tenía un sepulcro) en la ciudad gallega de Marín (Jerusalén).

Y se entra en gran expectación porque aquel Antonio Piñero , al que se le ha perdido la pista, hizo algo fantástico para la humanidad que ha sido de utilidad para millones de seres humanos y todo el mundo 50 años más tarde tiene el interés de saber si existió o no.

Lo primero es que la gente se dirigiría al Decanato de la Facultad (a la administración de los sinedrios) y directamente mirarían si estuvo aquel Antonio Piñero.
Lo segundo que harían, en plena convulsión social, por una idea que introdujo aquel Antonio Piñero, sería hablar con antiguos alumnos (antiguos miembros del sinedrio) Oigan ¿recuerdan a un profesor que se llamaba Antonio Piñero?
Lo tercero irían a Marín , y consultarían con la autoridad portuaria (Jerusalén)
«Oiga míreme si en el año 1970 había aquí un usuario del puerto llamado Antonio Piñero o Antoine Pinerum, o similar»

Es decir, con los tumultos que se estaban montando (Sobre el año 50 ya estaba desbocado y el emperador Claudio , según recoge Suetonio los tuvo que expulsar de Roma «Dado que los judíos hicieron constantemente disturbios por instigación de Cresto, él los expulsó de Roma») alguien habría ido a comprobar si Antonio Piñero era realmente profesor en 1970 de filología clásica en la Universidad Complutense de Madrid y tenía un barco en Marín.

Saludos profesor.

 

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PROFESOR PIÑERO:
Eso sería ahora. Pero no en el siglo I. Y en las circunstancias que le describo:
Es radicalmente imposible después de la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 y de todos los posibles archivos que hubiera allí en los años 85–100. ¡Imposible! y menos de tres insurrectos galileos, no jersalemitas, pobres como las ratas ajusticiados por Roma por sediciosos.
Es imposible, querido amigo
Saludos

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HISTORIADOR MATIAS MORENO:
1) La destrucción del templo no fue en modo alguno la destrucción de todos los documentos judíos de la época como usted sabe perfectamente. Ya Orígenes en el año 217 encontró textos judíos cerca de Jericó o se halló el Pesher Habacuc ( 1QpHab )
2)Marcos se escribe antes del año 70 y recoge también a José De Arimatea.

Por otro lado me sorprende que no quiera reconocer la existencia histórica de José De Arimatea cuando le leía en 2020 que consideraba su existencia como algo real :
(https://www.tendencias21.es/crist/Jose-de-Arimatea-En-que-sentido-puede-ser-historico-este-personaje-Primera-parte-20-08-2020-1137_a2709.html)

«Me parece que el núcleo histórico de esta doble historia podría ser probablemente el siguiente:
O BIEN José de Arimatea (FIGURA NO INVENTADA, un personaje que en estos momentos aún no es cristiano [en contra del EvJn 19, 38]) baja a Jesús de la cruz en representación de los intereses del Sanedrín que no deseaba que el cuerpo del Nazareno permaneciese en el madero por la noche, y en medio de una gran fiesta, la Pascua, en contra de lo prescrito por la Ley = Dt 21, 22-23.
O BIEN lo dicho antes de que José de Arimatea era un funcionario jefe de un “consejo” encargado de enterrar a los muertos en Jerusalén durante las fiestas
O bien bajaron el cadáver de Jesús los romanos mismos»
Saludos

 

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PROFESOR PIÑERO

1) La destrucción del templo no fue en modo alguno la destrucción de todos los documentos judíos de la época como usted sabe perfectamente. Ya Orígenes en el año 217 encontró textos judíos cerca de Jericó o se halló el Pesher Habacuc ( 1QpHab)

Respuesta:
Todos los documentos judíos no fueron destruidos. Pero sí los archivos de Jerusalén. Importaría ante todo el informe de Poncio Pilato a Tiberio sobre lo ocurrido en esa pascua del año 30 o 33. Pilato ciertamente lo hacía. Pero no poseemos ese informe. Por tanto la posibilidad expuesta por M. Moreno de que se haya conservado un relato sobre la sepultura de tres sediciosos contra Roma es absolutamente implausible. En mi opinión el argumento no es válido.

Segundo: poner como ejemplo la conservación del Pesher Habacuc 1QpHab, encontrado en 1947 en la Cueva 1 de Qumrán, es absolutamente inconveniente e inapropiado para el argumento. El documento fue hallado en la Cueva 1 de Qumrán en 1947.

Tercero: Los presuntos descubrimientos de Orígenes en el 217 cerca de Jericó NO constituyen argumento pertinente. Me admira que se aduzcan.

2)Marcos se escribe antes del año 70 y recoge también a José De Arimatea.
Respuesta: La inmensa mayoría de la investigación defiende lo contrario a lo que propone Matías Moreno: composición prácticamente segura después del 70. Algunos, por la descripción que Marcos hace de la Decápolis como distrito autónomo, acerca la fecha de escritura a la época en la que Vespasiano lo dispuso así, es decir, hacia el 75. Opino que la idea de que Marcos se escribió ANTES del año 70 no se propone en los grandes Comentarios de los Evangelios. Ni siquiera por los católicos.

Sigue la réplica de Matías Moreno:
Por otro lado me sorprende que no quiera reconocer la existencia histórica de José De Arimatea cuando le leía en 2020 que consideraba su existencia como algo real :
(https://www.tendencias21.es/crist/Jose-de-Arimatea-En-que-sentido-puede-ser-historico-este-personaje-Primera-parte-20-08-2020-1137_a2709.html)
«Me parece que el núcleo histórico de esta doble historia podría ser probablemente el siguiente:

O BIEN José de Arimatea (FIGURA NO INVENTADA, un personaje que en estos momentos aún no es cristiano [en contra del EvJn 19, 38]) baja a Jesús de la cruz en representación de los intereses del Sanedrín que no deseaba que el cuerpo del Nazareno permaneciese en el madero por la noche, y en medio de una gran fiesta, la Pascua, en contra de lo prescrito por la Ley = Dt 21, 22-23.

O BIEN lo dicho antes de que José de Arimatea era un funcionario jefe de un “consejo” encargado de enterrar a los muertos en Jerusalén durante las fiestas
O bien bajaron el cadáver de Jesús los romanos mismos»

Respuesta:
Tiene razón Matías Moreno en que he endurecido mi propuesta. Ello se debe a las críticas recibidas por colegas por haber sido yo demasiado crédulo. En todo caso admito que hoy día me inclino (para conservar algo de la historicidad del relato de Marcos; no de la del Evangelio de Juan, absolutamente fantasioso), o mejor me inclinaría a pensar en el “sanedrín” (con el sentido de “grupo de personas”) de sepultureros encargados por las autoridades judías para inhumar (en tierra; no en privado; normalmente en fosas comunes) a peregrinos muertos en Jerusalén en las fiestas; o bien a ladrones, asesinos y otros criminales convictos y confesos (igualmente, y con suma probabilidad) en fosas comunes.Sigo pensado que es altamente probable que fueran los judíos (no los romanos, a quienes les interesaba la permanencia de los cadáveres como ejemplo público) los que ordenaron el descendimiento.Naturalmente, basándose en Marcos, es posible que el jefe de los sepultureros (José de Arimatea) fuera un antirromano, seguidor de los sediciosos, y que tuviera en alta estima la figura del dirigente de ellos, Jesús de Nazaret. Pero es improbable que los romanos, que habían ejecutado la crucifixión como ejemplo pública de represalia a los antirromanos, permitieran el entierro honorable del jefe de los sediciosos.Creo que no se cae debidamente en la cuenta que para Pilato Jesús era un gran perturbador del orden público; que hacía poco había habido un motín con el resultado de un muerto (romano): Mc 15,7; y que el castigo era totalmente ejemplarizante.Y como los ejemplos de magnificación, engrandecimiento, de la figura de Jesús son ya claros en Marcos, este podría ser uno de ellos.En síntesis, como historiador, veo implausible y poco probable (no lo puedo negar por completo) el episodio de José de Arimatea, designado ya con un nombre helénico, no judío como responsable de un entierro honorífica de Jesús en una carísima tumba de piedra y absolutamente nueva. El argumento principal sigue siendo la plausibilidad histórica y el texto alternativo de Hch 13,27-29.

Saludos

 

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HISTORIADOR MATIAS MORENO

Pues vamos sacando cosas en claro:

1) Usted considera que el epidodio de Jose De Arimatea conforme se recoge, es poco probable pero no imposible «no lo puedo negar por completo» pero si parece que el tal Jose de Arimatea existió «es posible que el jefe de los sepultureros (José de Arimatea) fuera un antirromano, seguidor de los sediciosos, y que tuviera en alta estima la figura del dirigente de ellos, Jesús de Nazaret»

2) Y sobre su segunda proposición:»Pero es improbable que los romanos, que habían ejecutado la crucifixión como ejemplo pública de represalia a los antirromanos, permitieran el entierro honorable del jefe de los sediciosos» Lo podemos solucionar con «Jehohanan el hijo de Hagkol» , crucificado del siglo I en Israel , hallado en un sepulcro individual ( «Anthropological Observations on the Skeletal Remains from Giv’at ha-Mivtar» y acreditado en la «Israel Exploration Journal» en 1970, por el departamento de anatomía de la Universidad Hebrea de Jerusalén)

Creo que en esta primer cuestión hemos llegado a un punto de confluencia muy importante , node certezas pero si al menos de posibilidades.ç

Si le parece podemos pasar al segundo epígrafe:EL SEPULCRO ESTABA VIGILADO (criterio de la vergüenza)

(Por cierto Raymond E. Brown, en su libro An Introduction to the New Testament, considera que Marcos si pudo escribirse en el año 68 al 70.   Y James Dunn en «Christianity in the Making» dice en la página 159 que el documento Q que contiene Lucas y Mateo, son de los años 40 y la capa llamada sapiencial (1Q, conteniendo seis discursos de sabiduría) es de los años 30, contemporáneos a Jesús )

Un abrazo , D. Antonio.

 

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2. EL SEPULCRO ESTABA VIGILADO (criterio de la vergüenza)

Querido Matías:

Aquí va mi respuesta a la «segunda verdad histórica»
Sabemos que al sepulcro le pusieron guardias de vigilancia (Mateo 27,66) por el criterio de la vergüenza porque añade que estos cristianos son capaces de robar el cuerpo.

Expresado de otro modo: ¿Estaba vigilado? Si estaba vigilado, ¿considera una opción factible que robaran el cuerpo? ¿Pudo recuperarse de sus heridas?

RESPUESTA:

Que pusieran guardias de vigilancia, aunque lo diga solo Mateo (por tanto con uns sola atestiguación ya NO es una “verdad histórica”, es simplemente plausible históricamente. No lo es el fundamento de Mateo 27,63: Los fariseos (que no participaron en la muerte de Jesús y los sacerdotes dijeron a Pilato: «Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: “Después de tres días resucitaré”, presupone que los tres anuncios de la resurrección puestos por Marcos en boca de Jesús (Mc 8,31; 9,31; 10,32-33) son históricamente verdadero, cuando la realidad es que no conozco a ningún exegeta serio, ni entre los católicos, que los considere verdaderos. Son puros inventos o profecías tras los hechos ya ocurridos.

Por tanto: el contexto de la vigilancia de la tumba es probalemente una tradición legendaria aceptada por Mateo. NO es histórica.

Y dicho entre paréntesis: El razonamiento “La tumba está vacía, luego ha resucitado” rompe toda las leyes de la lógica más elemental.

Pero, aceptemos que lo es: ¿Cómo se explicaría entonces lo de la tumba vacía?

Javier Alonso ha aclarado este extremo en su libro La resurrección. De hombre a Dios, edit. ARZALIA, Madrid 2017, de quien, con su permiso, tomo las líneas generales de lo que sigo:

1. ¿Robaron los discípulos el cuerpo de Jesús?

«En realidad, Mateo presenta esta posibilidad con la intención de refutarla, pero lo que se deduce de este hecho es que, para el momento de redacción de este evangelio (en torno al 80 o 90 d. C.), era un rumor que circulaba ya entre los enemigos de los primeros seguidores de Jesús. ¿Quién propalaba este rumor? Probablemente los mismos a los que Mateo señala en su evangelio. El Templo había desaparecido en el año 70 tras la destrucción de Jerusalén durante la Primera Guerra judía, pero quizás fueron los sacerdotes del Templo antes de esta fecha los primeros en sugerir que los apóstoles habían robado el cuerpo para explicar así las primeras noticias sobre una tumba vacía».

Desde luego es sumamente extraño que dentro de ese grupo estuvieran os fariseos, que como he escrito, y según os evangelistas mismo, no tuvieron arte ni parte en la crucifixión de Jesús (fueron los sacerdotes, escribas, ancianos y el pueblo, según los evangelios)

El primer escollo que hay que salvar en esta hipótesis es la aceptación de la tumba de José de Arimatea como lugar del enterramiento frente a la hipótesis de la fosa común. De esto he escrito ya.

El segundo escollo de la hipótesis del robo aparece en el propio relato y o acabo de tratar. Los demandantes se fundan en palabras de Jesús (“Resucitaré”: véase arriba) que son duda alguna un invento de la iglesia posterior, según la práctica totalidad de los exegetas profesionales.

Es cierto, argumenta Javier Alonso (p. 141) que «dentro de las creencias judías de la época había material suficiente para forjar esa creencia, incluido el detalle de los tres días, y podría ocurrir, por extraño que pareciera, que alguien como Jesús, imbuido de autoconciencia mesiánica, creyera que en él se iban a cumplir todas las profecías relativas al Mesías judío, incluida su muerte como el Siervo Sufriente de Isaías y su resurrección, tal como la anunciaba el profeta Oseas.

»Y si esto fue así, entonces las autoridades judías habrían tenido conocimiento de estos anuncios y habrían tenido, en efecto, motivos para temer un robo del cadáver, puesto que no estaban dispuestos a aceptar que todo aquello pudiera ocurrir en realidad.

»Siguiendo esta hipótesis, era necesario entonces que también los seguidores de Jesús estuvieran al cabo de la calle de estos anuncios. ¿Cómo, si no, podrían urdir el plan de robar el cuerpo de su maestro?

»Sin embargo, son numerosos los pasajes evangélicos en los que los apóstoles muestran repetidamente su sorpresa ante los acontecimientos que están teniendo lugar tras la muerte de Jesús. Sus reacciones son de incredulidad o fe repentina ante algo que les supera, pero en ningún lugar se intuye que tuvieran la más mínima esperanza de que ocurriera una resurrección.

»Si, a pesar de todo, se continúa tirando de este hilo, nos encontraríamos entonces con un grupo de hombres dispuestos a conspirar para “falsificar” una resurrección. Justino Mártir, un apologista cristiano del siglo II, transmite en su obra Diálogo con Trifón la versión que corría entre los judíos de su época: “Sus discípulos lo robaron de noche de la tumba, donde había sido puesto cuando fue bajado de la cruz, y ahora engañan a los hombres declarando que ha resucitado de entre los muertos y ascendido al cielo”.

Ahora bien, esta construcción encaja muy mal con todo lo que sabemos de los primeros seguidores de Jesús, en concreto que:

1) Pasaron por una fase de huida y abatimiento tras el prendimiento y ejecución de su líder. No tendría sentido si estuvieran convencidos de su resurrección o si ya estuvieran planeando su simulación.

2) Su actividad en los años posteriores tendría que explicarse entonces no como resultado de una fe verdadera, sino como una gigantesca conspiración para propagar por el mundo su mentira y convencer al mayor número posible de crédulos. Nótese la gran diferencia que hay entre tener fe en un hecho sobrenatural y no tenerla, pero intentar convencer a los demás de que efectivamente ha ocurrido.

3) Algunos llegaron a dar su vida por aquello en lo que creían, lo que sugiere más una fe muy fuerte, posiblemente inexplicable, que un gran empeño por engañar.

4) Los relatos sobre la resurrección son muy variados y contradictorios. Si todo hubiera sido una conspiración urdida por los propios discípulos de Jesús, la narrativa habría sido más uniforme y coherente, para reforzar el engaño.

»Por otra parte, si decidimos contestar negativamente a la pregunta de si Jesús anunció su propia resurrección, el escenario cambia por completo. Habría que suponer que todas las palabras puestas en boca de Jesús acerca de su resurrección no son propias del hijo de María, sino elaboración de los evangelistas a posteriori, una vez que ya se ha desarrollado la creencia en este hecho sobrenatural.»Dicho de otra manera: lo primero que ocurrió fue el surgimiento de la fe en la resurrección, y después la elaboración literaria de sus anuncios y la búsqueda de profecías del Antiguo Testamento que reforzasen esta opinión.

»De haber ocurrido de este modo, entonces los apóstoles de Jesús no habrían tenido motivo para robar su cadáver, sencillamente porque ni esperaban que resucitase ni habían recibido anuncio alguno en ese sentido por parte de su maestro. Esto explicaría, por una parte, la sorpresa e incredulidad de los primeros momentos tras el anuncio de la resurrección; por otra, la fe no basada en la razón que en los años siguientes llevaría a muchos a dar su vida por esta creencia y, por último, la posterior elaboración teológica del acontecimiento que se sugiere incluso en algunos pasajes de los evangelios (“Por su parte también entró entonces el otro discípulo, el que llegó primero junto al sepulcro, y vio y creyó; pues no conocían todavía la escritura, que es preciso que resucite de los muertos”. Juan 20, 8-9).

»Es decir, si los seguidores del Nazareno todavía no conocían las profecías sobre la resurrección, ¿qué necesidad tenían de robar el cadáver de Jesús para demostrar algo que ignoraban?

»En conclusión, toda la historia sobre el robo del cadáver por parte de los apóstoles parece un rumor difundido por los judíos enemigos de la comunidad cristiana primitiva, pero tiene pocos visos de verosimilitud.

 

2. ¿Robó el cadáver de Jesús alguien por otro motivo?

Una segunda versión del tema de la “tumba vacía” sería que las mujeres que llegaron a la tumba la encontraron abierta y sin cuerpo porque alguien había violado el sepulcro. También ese encuentra una insinuación de esta posibilidad en los evangelios, en la primera reacción de María Magdalena al descubrir la tumba vacía:

Les dice que se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo pusieron. Tras decir esto se vuelve hacia atrás y ve a Jesús de pie y sin embargo no reconoce que es Jesús. Le dice Jesús: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” Ella, pensando que es el guarda del huerto, le dice: “Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo dejaste, y yo me lo llevaré”. (Juan 20, 13-15) De nuevo, como ocurría en el caso anterior, el primer obstáculo lo constituye la aceptación de la tumba particular frente a la teoría de la fosa común. Una vez aceptada esta premisa, veamos qué motivos podrían existir para que alguien se llevase el cuerpo de Jesús. Diversos estudiosos del tema han formulado las siguientes propuestas:

a) Los responsables fueron simples ladrones de tumbas.

b) El cuerpo fue robado por hechiceros.

c) El cuerpo fue retirado por orden del Sanedrín.

d) Familiares o seguidores de Jesús trasladaron el cuerpo.

e) El responsable fue el jardinero.

»a) Robar tumbas con la intención de apropiarse de los posibles objetos de valor que contenga el ajuar funerario es una actividad tan antigua como el propio proceso de inhumación de cuerpos. Y la Judea en torno al cambio de era no fue una excepción. Tanto es así, que en la necrópolis de Beit Shearim, cerca de Haifa, se han encontrado inscripciones funerarias en las que se amenaza con perder una porción de la vida eterna en caso de violar una tumba concreta. Una tumba nueva excavada en la roca y perteneciente a un hombre rico sería, evidentemente, un obvio reclamo para los amigos de lo ajeno.Si a esto se le suman los costosos perfumes que, según el evangelista Juan, depositó Nicodemo en la tumba, se obtiene la motivación completa que impulsaría a los ladrones a violar la tumba de Jesús.El punto débil de esta posibilidad estriba en que no explica para qué querrían los ladrones llevarse el cuerpo de Jesús. Si el móvil fue económico, hubiera bastado con robar el ajuar funerario, pero llevarse el cuerpo no sólo resultaría absurdo, sino incómodo.

b) La Judea del siglo primero era un lugar de encuentro de diferentes pueblos y culturas, como expone claramente el episodio de Pentecostés en el capítulo segundo de los Hechos de los Apóstoles, donde se mencionan a gentes venidas de todos los rincones del Mediterráneo oriental. Siempre había sido así por la propia naturaleza del territorio, a caballo entre el valle del Nilo y los del Tigris y el Éufrates. Y en este trasiego de personas, ideas y creencias, siempre estuvieron presentes, muy a pesar de la religión judía “oficial”, ciertos personajes de diferente calaña que podríamos englobar bajo la denominación de “hechiceros” o “magos”. La Biblia hebrea previene contra ellos en todos los períodos de la historia de Israel, pero siguen activos y presentes en tiempos de Jesús. Las ciudades costeras de población no judía serían caldo de cultivo adecuado para este tipo de personas, aunque también se conocen casos de judíos condenados por “hechicería”.Algunas de las prácticas más tétricas de estos hechiceros incluían el empleo de cabezas, vísceras o extremidades de cadáveres. Se conserva, por ejemplo, un papiro mágico en el que se incluye como ingrediente la “sangre de alguien que hubiera muerto de manera violenta”, y Plinio el Joven menciona en su Historia Natural otros remedios que incluyen “huesos de la cabeza de un criminal”, “un diente de un hombre muerto violentamente” o “el cráneo de un crucificado”. Conseguir esta materia prima implicaría, lógicamente, una actividad delictiva, y no resulta descabellado que los ladrones dedicados a estas tareas robasen los cuerpos completos y luego los despedazasen en algún escondite a fin de ampliar al máximo los beneficios de su venta. Evidentemente, el cadáver de un ajusticiado sería un objetivo prioritario y perfectamente adecuado para los propósitos de estos hechiceros o traficantes de cuerpos.Esta posibilidad explicaría que hubiera desaparecido todo el cuerpo, pero no por qué, de un hecho más o menos habitual como sería el robo de un cadáver, se pasó a una creencia en la resurrección en lugar de a una simple denuncia ante las autoridades. En cualquier caso, aparte de la tímida sugerencia de evangelio de Juan, no hay ningún texto de los evangelios que proponga en serio esta posibilidad.

c) El cadáver de un mártir puede ser la semilla de un movimiento de consecuencias incalculables. Eso es algo que sigue estando muy presente en la actualidad, donde vemos cómo, especialmente en la mentalidad oriental, la tumba de un héroe político, religioso o incluso un terrorista se toma como centro de peregrinación y se emplea como chispa que transmite la llama de la lucha a la siguiente generación. Baste recordar el empeño que pusieron los estadounidenses por deshacerse del cuerpo de Ben Laden arrojándolo al mar para que su lugar de enterramiento no se convirtiera en un centro de peregrinación de sus seguidores. No era la primera vez que los estadounidenses tomaban una decisión de esta naturaleza. Lo mismo había ocurrido con Adolf Hitler en 1945.

»Esta es la premisa de la tercera hipótesis. Caifás y los demás miembros del Sanedrín decidieron deshacerse del cuerpo de Jesús para evitar que de su cadáver y de su tumba naciese un problema aún mayor. El historiador británico Charles Freeman explora esta posibilidad, sin respaldo en las fuentes evangélicas, aferrándose a dos detalles: por un lado, cree identificar a sacerdotes del Templo de Jerusalén bajo las blancas vestiduras de los hombres (ángeles) que las mujeres encuentran en la tumba de acuerdo con los relatos de Marcos, Mateo y Lucas. Por otro, el mensaje que transmiten es claro: los apóstoles debían ir a Galilea, lo que significaba alejarse del epicentro del problema: Jerusalén.

»El punto más débil de esta propuesta se encuentra en la nula reacción de las autoridades judías cuando, apenas cincuenta días después de la muerte de Jesús, todos los discípulos se reunieron de nuevo en Jerusalén y, tras la epifanía de Pentecostés, comenzaron a predicar la buena nueva. ¿Por qué guardaron silencio entonces las autoridades judías? Declararse responsables de la desaparición del cuerpo de Jesús hubiera bastado para desmontar toda la predicación de los seguidores de Jesús.

»d) Dejando de lado la hipótesis de una ocultación malintencionada por parte de los seguidores de Jesús con la intención de anunciar la resurrección de su maestro, quizás un familiar o seguidor de Jesús retiró el cuerpo de la tumba por otro motivo más piadoso.

»Una posibilidad sería que Jesús hubiese sido enterrado, tal como ocurría con los ajusticiados, en una fosa común y que algún allegado considerase que aquella sepultura no era mínimamente adecuada para un hombre justo, en absoluto merecedor de tan ignominioso final.

»El siguiente paso sería conseguir hacerse con el cuerpo sin ser descubierto por las autoridades, pero también a escondidas del grupo de seguidores de Jesús, pues todas las versiones insisten en que el hallazgo de la tumba vacía fue una sorpresa para ellos. Se trataría entonces de un “robo piadoso” del cadáver. Quizás los autores ni siquiera tuvieran el sentimiento de estar haciendo algo malo o contrario a la ley de Moisés.

»El resto de la historia es conocida: las mujeres y los discípulos van a la tumba, la encuentran vacía y creen que Jesús ha resucitado. Son varios los estudiosos del Nuevo Testamento que han contemplado seriamente esta posibilidad, aunque deja sin explicar por qué los responsables no aclararon el malentendido a los apóstoles y por qué no se conserva tradición alguna sobre una tumba de Jesús que albergue realmente su cuerpo hasta el día de hoy. En una exhibición bastante pobre de lógica, una de las defensas de esta idea es que, aunque la teoría del cuerpo robado es poco probable, desde una perspectiva histórica es, no obstante, mucho más probable que la propia resurrección. No parece suficiente argumento para convencer…

»e) El evangelio de Juan introduce en el relato un personaje que no aparece en el resto de las versiones, el jardinero. Esto dio lugar a una leyenda transmitida por Tertuliano, un padre de la Iglesia de los siglos II y III, según la cual el jardinero habría retirado al cadáver para que los posibles visitantes no malograsen sus verduras al pisarlas.

»La idea suena bastante absurda y probablemente Tertuliano la menciona para burlarse de ella y de quienes no creían en la resurrección de Jesús, pero, aún así, demuestra que esta hipótesis existía. De hecho, una obra judía más tardía, las Toledot Yeshu, insiste en ella, asegurando que el jardinero se llamaba Judá, que retiró el cuerpo y que se lo vendió a los judíos.

3. ¿Y si las mujeres se equivocaron de tumba?

»Descendiendo vertiginosamente por una pendiente cada vez más alejada de la lógica y el sentido común, nos encontramos con otro enfoque diferente de la hipótesis de la “tumba vacía” que defiende que, sencillamente, las mujeres se confundieron de tumba.

»La hipótesis sugiere que el apresurado entierro se llevó a cabo por parte de las autoridades judías y probablemente sin testigos de gente cercana a Jesús. Por eso, cuando al amanecer del domingo las mujeres acudieron a la tumba, se encaminaron “más o menos” por la zona en la que creían que estaba enterrado su maestro, aunque desconocerían su emplazamiento exacto. Una vez allí, se encontraron una tumba vacía, posiblemente sin utilizar todavía, y la identificaron con el sepulcro del nazareno.

»Que fuese una tumba sin usar lo sugiere el hecho de que los relatos más antiguos, Marcos y Mateo, no mencionan la presencia de restos del sepelio. La primera mención son las vendas que contempla Pedro en el evangelio de Lucas y, posteriormente, las vendas y el sudario en el de Juan. El detalle de haber doblado cuidadosamente el sudario mencionado por Juan es la guinda de un recurso meramente literario del que se valen estos dos evangelistas para hacer la escena más verosímil. »Siguiendo el razonamiento de esta hipótesis, las mujeres asumen la resurrección de Jesús, la transmiten a los discípulos y, a partir de ahí, el proceso resulta imparable.

»Lo curioso de esta hipótesis es que el principal argumento a favor y en contra de esta idea es exactamente el mismo. Porque, aquel al que no le convenza, esgrimirá los textos de Marcos y Mateo que describen el entierro y en los que se dice claramente que las dos Marías vieron con sus propios ojos cómo se depositaba el cuerpo de Jesús dentro de la tumba. ¿Cómo se iban a equivocar, si habían visto el lugar dos días antes? Respuestas como que no había demasiada luz y que esa circunstancia podría conducir a una confusión, o hacer nuestro el argumento de los apóstoles al no dar credibilidad al testimonio por proceder de mujeres resultan débiles, cuando no patéticos.

»Pero hay un argumento de mayor peso y cierta lógica. ¿Por qué cuentan los evangelistas Marcos y Mateo que las mujeres estuvieron presentes en el entierro? Resulta llamativo especialmente en un narrador tan parco en explicaciones como Marcos. Podría responderse que lo dicen porque fue así, y porque de ese modo refuerzan la veracidad de la siguiente narración, la del descubrimiento de la tumba vacía.

»Pero también podría esgrimirse el argumento contrario: lo escribieron como un recurso defensivo, precisamente para combatir un posible rumor que circulase en aquella época y que sostendría que las mujeres simplemente se habían equivocado de tumba. Hay que recordar que este tipo de añadidos al texto no es extraño. Ya hemos indicado cómo el relato de la resurrección de Mateo está concebido en parte para combatir otro rumor: que habían sido los apóstoles quienes habían robado el cuerpo de Jesús.

Esta hipótesis no da para más. Demasiado sencilla y demasiado complicada a la vez para haber dado lugar a una creencia que ya dura veinte siglos».

Hasta aquí la larga cita del libro de Javier Alonso que yo recomiendo vivamente. Está escrito de un modo muy sencillo y claro y expone todos los posibles argumentos. Si tienen interés en este asunto, mi recomendación es que lo lean.

Y lo último: ¿Pudo Jesús recuperarse de sus heridas?

Creo que esta hipótesis es una idea “a la desesperada”. Si Jesús no hubiese muerto realmente, no existiría la interpretación de su muerte por Pablo de Tarso (y de su resurrección) que es la base según la cual los sucesores de Pablo redondean las hipótesis fundamentales de cristianismo. Sin a muerte en verdad de Jesús no habría habido cristianismo y no estaríamos aquí discutiendo estas posibilidades, que en honor de la verdad ningún exegeta profesional se pararía a discutir con tanto detalle, sencillamente porque no son plausibles.

Y hasta aquí mi respuesta a esta presunta “Segunda verdad histórica”.

Ustedes saben que tengo muchísimo trabajo… pero…

Saludos,

Antonio Piñero

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Buenos dias profesor.

Por lo que dice D.Antonio, en efecto Mateo lo considera un hecho que se puso guardia y no tendría sentido sembrar la duda de algo tan grave como robar el cuerpo para luego contar que hay que poner guardia.Así por el criterio de dificultad no puedo descartar que estuviese vigilado profesor.

Al igual que en ocasiones se le da valor a Hechos , en contra de lo que dicen Marcos, Mateo ,Lucas y Juan (y más aún cuando algunos exegetas creen a Hechos cuando habla de tumba colectiva y no a los 4 evangelistas opuestos a esa idea) .
En este caso tiene sentido, aunque no lo afirmen (ni lo nieguen) el resto de evangelistas que le dijeran «oye que estos seguidores van a robar el cadaver» por el CRITERIO DE DIFICULTAD , introduciendo una idea que desvirtua la resurrección del héroe Jesús, sobre que el cuerpo lo mismo fue robado, pero al decir usted «El contexto de la vigilancia de la tumba es PROBABLEMENTE una tradición legendaria aceptada por Mateo» solo la consideraré PROBABLE pero no segura.

Sobre el resto de su exposición y de D. javier Alonso, coincidimos plenamente:
1) «son numerosos los pasajes evangélicos en los que los apóstoles muestran repetidamente su sorpresa ante los acontecimientos que están teniendo lugar tras la muerte de Jesús. Sus reacciones son de incredulidad o fe repentina ante algo que les supera, pero en ningún lugar se intuye que tuvieran la más mínima esperanza de que ocurriera una resurrección.»

2) No pudieron robar el cuerpo porque:
«1) Pasaron por una fase de huida y abatimiento tras el prendimiento y ejecución de su líder. No tendría sentido si estuvieran convencidos de su resurrección o si ya estuvieran planeando su simulación.
2) Su actividad en los años posteriores tendría que explicarse entonces no como resultado de una fe verdadera, sino como una gigantesca conspiración para propagar por el mundo su mentira y convencer al mayor número posible de crédulos. Nótese la gran diferencia que hay entre tener fe en un hecho sobrenatural y no tenerla, pero intentar convencer a los demás de que efectivamente ha ocurrido.
3) Algunos llegaron a dar su vida por aquello en lo que creían, lo que sugiere más una fe muy fuerte, posiblemente INEXPLICABLE, que un gran empeño por engañar.
4) Los relatos sobre la resurrección son muy variados y contradictorios. Si todo hubiera sido una conspiración urdida por los propios discípulos de Jesús, la narrativa habría sido más uniforme y coherente, para reforzar el engaño.»

3) «»Dicho de otra manera: lo primero que ocurrió fue el surgimiento de la fe en la resurrección, y después la elaboración literaria de sus anuncios y la búsqueda de profecías del Antiguo Testamento que reforzasen esta opinión.»
Esto es lo mismo que le he comentado, de que antes de la resurrección nadie cree en Jesús pero tras esa «resurrección» , algo estan viendo esas personas que les transforma la vida y se empiezan a inventar una historia basada en preceptos judios porque es lo que conocen.

4) «los apóstoles de Jesús no habrían tenido motivo para robar su cadáver, sencillamente porque ni esperaban que resucitase ni habían recibido anuncio alguno en ese sentido por parte de su maestro. Esto explicaría, por una parte, la sorpresa e incredulidad» «si los seguidores del Nazareno todavía no conocían las profecías sobre la resurrección, ¿qué necesidad tenían de robar el cadáver de Jesús para demostrar algo que ignoraban?»

5)
«a) Los responsables fueron simples ladrones de tumbas.
hubiera bastado con robar el ajuar funerario, pero llevarse el cuerpo no sólo resultaría absurdo, sino incómodo.
b) El cuerpo fue robado por hechiceros.
no hay ningún texto de los evangelios que proponga en serio esta posibilidad.
c) El cuerpo fue retirado por orden del Sanedrín.
No es posible por la nula reacción de las autoridades judías cuando, apenas cincuenta días después de la muerte de Jesús, todos los discípulos se reunieron de nuevo en Jerusalén y, tras la epifanía de Pentecostés, comenzaron a predicar la buena nueva.
d) Familiares o seguidores de Jesús trasladaron el cuerpo.
No porque todas las versiones insisten en que el hallazgo de la tumba vacía fue una sorpresa para ellos.
e) El responsable fue el jardinero para que no le pisen las verduras.
Idea absurda de Tertuliano para buelarse de los no creen en la resurrección de Jesus.
f)Y si las mujeres se equivocaron de tumba.
Marcos y Mateo describen el entierro y dicen claramente que las dos Marías vieron con sus propios ojos cómo se depositaba el cuerpo de Jesús dentro de la tumba. ¿Cómo se iban a equivocar, si habían visto el lugar dos días antes?

6) «Si Jesús no hubiese muerto realmente, no existiría la interpretación de su muerte por Pablo de Tarso (y de su resurrección) que es la base según la cual los sucesores de Pablo redondean las hipótesis fundamentales de cristianismo. Sin la muerte en verdad de Jesús no habría habido cristianismo y no estaríamos aquí discutiendo estas posibilidades, que en honor de la verdad ningún exegeta profesional se pararía a discutir con tanto detalle, sencillamente porque no son plausibles.»

Un abrazo y gracias por su tiempo
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TERCERA VERDAD HISTORICA : EL SEPULCRO ESTABA VACÍO (Criterio de dificultad)

1. Acepto que el caso de Yehohanán aniquila el argumento de que lo sucedido con Jesús fuera un únicum. Admitido. Podía suceder.

2. He afirmado ya que acepto también, cambiando un tanto mi opinión, que es posible que el conjunto de gentes mandadas por José de Arimatea, fuera el grupo de un “sinedrio” (en este sentí de reunión de in conjunto de gentes) encargado del entierro de los peregrinos muertos en Jerusalén durante las fiestas –caso probablemente común– y de que hubiera también una parcela destinada al entierro de malhechores, por ejemplo, ladrones o descuideros que se aprovechaban de las multitudes en las fiestas. Pero es más que probable la magnificación de los Evangelistas haciendo de José de Arimatea un miembro del Gran Sanedrín que gobernaba a la nación a través de Sumo Sacerdote. Arece poquísimamente probable que ejerciera el oficio de sepulturero.Admitido esto que podría confirmar la noticia de los cuatro evangelistas, y admitido que si consideramos al Evangelio de Juan una fuente independiente de los Sinópticos (tema muy discutido; discutidísimo; la tendencia actual es que Juan conocía al menos la tradición sinóptica), podríamos afirmar que se trata de dos testimonios (Marcos, del que dependen Mateo y Lucas) y quizás Juan. De acuerdo, pues que pudo existir José de Arimatea, pero que es improbable que fuera tal como o pintan los evangelios.

 

3. Además, dado el altísimo monto de “literaturización” magnificatoria o magnificante de los Evangelios (es decir del invento tradicional de algunos hechos de la Pasión por ejemplo, es muy posible que la discusión de Jesús con los saduceos no sea una historia real tal cual, sino un caso de adorno de la iglesia primitiva sobre un hecho real de una discusión pública sobre la resurrección de un fariseo como Jesús y unos antagonistas como los fariseos), es lógico que nos quedemos con la línea del entierro de Jesús testimoniada en Hechos 13, 27-29, donde los que ordenan la bajada de Jesús de la cruz son sus enemigos más acérrimos, que lo han llevado a morir en ese suplicio, es claro –insisto– que se puede sostener que la sepultura de Jesús fue infamante, y los mismo la de sus dos colegas de sedición (desde el punto de vista romano) crucificados con él. Por tanto, Por el motivo que la tradición más difícil es la preferible históricamente, no veo claro que el caso de Yehohanán sea suficiente para admitir que con Jesús ocurrió lo mismo. Igualmente puedo admitir que el Profeta galileo tuviera amigos ricos en Jerusalén. Pero lo que menos interesaba a los romanos y a las familias de los sumos sacerdotes era entregar el cuerpo de unos sediciosos (transformándolos en héroes antirromanos) y dárselo a los sus discípulos que, además, no estaban presentes, habían huido a Galilea. ¿Se lo iban a dar a las mujeres o solo a Pedro o Juan? Es muy improbable que los romanos consintieran eso, pues la crucifixión de Jesús era un caso claro ejemplarizante de lo que les podía ocurrir a aquellos que se levantaran contra el Imperio. Y por último en cualquier caso la mera existencia de un jefe de sepultureros, José de Arimatea, no es prueba en absoluto de la existencia de una tumba vacía, tallada en la roca y de los guardianes del presunto sepulcro por temor a unos discípulos muertos de miedo ante el castigo ejemplar, desde el punto de vista romano de su maestro.

 

Saludos cordiales de Antonio Piñero

 

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Estimado profesor,

Solo por puntualizar alguna cuestión que no parece sólidamente fundamentada, sobre la que tampoco podemos pararnos porque se nos acumulan sino los temas , pero si merece una consideración su respuesta:

1)Dice usted :»podríamos afirmar que se trata de dos testimonios (Marcos, del que dependen Mateo y Lucas) y quizás Juan.»  Pero como usted sabe mejor que nadie Mateo y Lucas dependen de Marcos pero NO SOLO DE MARCOS.  En ocasiones pareciera, querido profesor, como que desea establecer una relación de asimilación, pero esto no es posible. De hecho los testimonios de la resurrección difieren entre los tres evangelistas (testigos, momento, relato no tienen nada que ver)

2) Resalta usted la»literaturización” magnificatoria o magnificante de los Evangelios» pero , con todo respeto , no es cierto por más que se use atávicamente como ariete «antichrestus» . Los evangelistas no mienten, cuentan lo que les llega (incluyendo testigos directos de Lucas del que no tenemos porque dudar) Lo fácil habría sido decir que el momento clave de la historia de Cristo (hallazgo del sepulcro vacío que nos ocupa) lo hizo Pedro  junto con los otros 10 apóstoles, Varones reconocibles y creíbles.  Pero no, D.Antonio. Dicen la verdad de que fue la Virgen María y María Magdalena fueron las que encontraron el sepulcro y que estaba vacío. Por eso le preguntaba como podemos creer la rocambolesca historia de mujeres descubriendo la escena principal de la historia, pero negar la parte del mismo párrafo que no me conviene.

3)Sobre el darles el cuerpo a sus enemigos, si tenemos que la pascua empezaba en tres horas y que era ahorrarles un problema el que le quitaran un cuerpo de en medio que no manchase la fiesta, pues que se lo lleven y cuando lleva José de Arimatea (que además es alguien conocido de un sinedrio) no tuvieron el menor problema en dárselo.

Pero vuelvo , si me lo permite, a la pregunta central de este apartado : El Sepulcro vacío.
1-¿Como negar que el sepulcro estaba vacío como hace el sector «Antichrestus» pero si admitir que fueron dos mujeres las que lo encuentran vacío?
2 Sin sepulcro vacío ¿Cómo se explican los desordenes y la expulsión de judíos de Roma 10 años más tarde que se producen porque no tienen cuerpo en contrario para callar a la gente?

Un abrazo
Matías Moreno
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Profesor Piñero:

¿ Dependen Mateo y Lucas de Marcos en la historia de la Pasión?

A lo ya publicado se me pregunta lo que sigue:

1) Suele decir usted: «podríamos afirmar que se trata de dos testimonios (Marcos, del que dependen Mateo y Lucas) y quizás Juan.»

¿Por qué insiste en esta reducción que sabe que no es cierta? Nos sorprende muchísimo porque usted sabe mejor que nadie, que si, Mateo y Lucas dependen de Marcos en un porcentaje pequeño, pero NO SOLO DE MARCOS.  En ocasiones pareciera, querido profesor, como que desea establecer una relación de asimilación, pero esto no es posible. De hecho los testimonios de la resurrección difieren entre los tres evangelistas (testigos, momento, relato no tienen nada que ver)

 

RESPUESTA:

En primer lugar:Lo que he afirmado de la dependencia de Marcos por parte de Mato y Lucas se refiere a este episodio en concreto, la historia de la muerte, descendimiento, sepultura de Jesús. Y en estos episodios sobre el final de la historia de la pasión de Jesús es Marcos la fuente principal de Mateo y de Lucas. Según el 95% al menos de la investigación, el relato de Mc 15,42-47 es la base sobre la que construyen sus relatos Mateo (27,57-21), Lucas (23,50-56) y Jn (19,38-42).  Lo del “porcentaje pequeño” no es exacto, ni mucho menos, sobre todo en el relato de Pasión.

En estos textos, el 95 % de la investigación considera que la base es Marcos indudablemente.

Y en líneas generales, considerando los evangelios completos, Mateo y Lucas dependen esencialmente de Marcos y del material de la llamada “Fuente Q”. Además tiene cada uno de estos dos su “material propio, que es más abundante en Lucas que en Mateo, pero que quizás no llegue al 35 % del texto de Lucas.

Esto es fácil de comprobar por medio del estudio de la Sinopsis, en griego naturalmente, en donde se observa que hay un hueco en los demás evangelistas cuando uno de ellos utiliza exclusivamente material propio

En segundo: El preguntante afirma que yo “insisto en esta reducción (de fuentes) que sabe que no es cierta”.

¡Caramba! Yo insisto y escribo algo que yo sé que no es cierto (!!). ¿No cae en la cuenta de que me están llamando mentiroso? Y mentiroso en mi actividad profesional.

Creo que el preguntante debe retirar de inmediato esta afirmación que me duele, pues la considero infamante.

RESPUESTA

Según la opinión común de la investigación el relato de la pasión de Juan es propio a medias solo, pues muestra grandes concomitancias con el texto del Evangelio de Lucas (a su vez dependiente de Marcos), de quien toma muchos detalles. Y, atención, según la inmensa mayoría de la investigación estos resultados para esta perícopa en concreto, arriba mencionada, se extienden a todo el relato de la pasión de Jesús. Y además, la investigación está prácticamente de acuerdo en añadir que debajo del reato de Marcos hay otro relato primitivo de la pasión, que se ha perdido.

Por tanto que se escriba que “los testimonios de la resurrección difieren entre los tres evangelistas (testigos, momento, relato no tienen nada que ver”, es imposible técnicamente.

Me pregunto ¿en qué libros reconocidos técnicamente se basan sus opiniones? ¿Dónde y cómo han estudiado ustedes filología del Nuevo Testamento? Sería, por mi parte, muy interesante saber cuáles son sus fuentes de información, sobre todo qué bibliografía usan. ¿Puede hacerme una lista de cuáles son esos libros en los que basan esas afirmaciones sobre los Evangelios?

2ª Pregunta: Resalta usted la «literaturización” magnificatoria o magnificante de los Evangelios» pero , con todo respeto , no es cierto por más que se use atávicamente como ariete «antichrestus» . Los evangelistas  no mienten, cuentan lo que les llega (incluyendo testigos directos de Lucas del que no tenemos por qué dudar)

Le voy a poner unos ejemplos de magnificación:

El descenso de la cruz y su sepultura es otro extremo muy discutido entre los comentaristas, pero que importa mucho para el asunto de las fuentes en las que se basa la creencia en la resurrección de Jesús. Hay, como es conocido, varias tradiciones el descendimiento. La primera, es la Pablo que dice muy poco. La segunda, la más conocida es la evangélica, con cuatro versiones. La tercera, muy interesante es de los Hechos de apóstoles.

1 Pablo en 1 Cor 15,3-4 “Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras”.

Comentario: Los datos aportados por Pablo son escasos, tradicionales en su momento, simples y sin adornos. Se deduce que al principio (hacia los año 54-58, fecha de composición de 1 Corintios) hubo poca especulación sobre los hechos trascendentales, sino la constatación simple de ellos y a creencia firme en ellos.

  1. La siguiente es la del evangelio de Marcos 15, 42-47 es la siguiente:

“Y llegada ya la tarde, como era víspera, lo cual es día antes del sábado, llegándose José de Arimatea, un miembro prudente del consejo, que también estaba a la espera del reino de Dios, se atrevió y se dirigió a Pilato y le pidió el cadáver de Jesús. Y Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto y tras llamar al centurión le preguntó si murió hacía tiempo. Y tras conocerlo por el centurión concedió el cadáver a José. Y tras comprar una sábana y bajarlo lo envolvió en la sábana y lo colocó en una tumba que había sido excavada en la roca y arrimó haciéndola rodar una piedra tallada a la puerta de la tumba. Y María de Magdala y María la de José veían cómo quedó colocado”.

Breve comentario: Víspera: coincide con Juan, pero no consigo mismo, ya que esa tarde no era la víspera, sino la Pascua misma. Por tanto, por la tarde se iniciaba el reposo sabático. ¿A qué hora? Hubo de ser antes de la distinción hilo negro /hilo blanco o se viera la primera estrella.

El evangelista NO sabe la fecha de la muerte de Jesús. Sólo sabe que fue un viernes. Pero dice que en la tarde de ese viernes comenzaba la Pascua, lo cual es erróneo a todas luces porque no se hubiera podido enterrar el cadáver.

Según Marcos, El sepulcro está bien cerrado. Se sabe bien su localización. No se describe el tal sepulcro, porque todos los lectores debían de conocerlo o porque no importaba mucho.

De José de Arimatea hay que hablar largamente. Por ahora digamos que el Sanedrín condenó entero, unánimemente, a Jesús, según Juan 11,45ss y Mc 14,60ss. Pero José de Arimatea fue una xcepción en la condena, según los mismos Evangelios. Luego no fue unánime.

Mateo 27, 57-61 dice: “Y llegada la tarde vino un hombre rico de Arimatea, de nombre José, que también él fue discípulo de Jesús; éste, dirigiéndose a Pilato, le pidió el cadáver de Jesús. Entonces Pilato ordenó se le entregara.  Y tomando el cadáver José lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo que excavó en la roca y, tras arrimar a la puerta del sepulcro una gran roca haciéndola rodar, se marchó. Y estaban allí María La Magdalena y la otra María sentadas delante de la tumba.

Breve comentario: Mateo corrige a Marcos. Añade a propósito de José de Arimatea, que era rico (para tener acceso a Pilato). Añade que era discípulo. Suprime dl asombro de Pilato por la muerte de Jesús propio de Mc, quizás porque le parece que fuera inverosímil. El sepulcro es de José y es nuevo: esto es un añadido.

Lucas 23, 50-56 lee: “Y he aquí que un hombre llamado José que era miembro del Consejo (en general, el gran Sanedrín) y hombre bueno y justo –él no había estado de acuerdo con su decisión y hechos– procedente de Arimatea, ciudad de los judíos, que esperaba el reino de Dios, éste, llegándose a Pilato pidió el cadáver de Jesús y tras bajarlo lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca en el que nadie había sido depositado todavía. Y era el día de la Preparación y clareaba el sábado. Pero las mujeres que le habían seguido, las que habían venido de Galilea con él, vieron el sepulcro y que el cadáver era colocado en él, y se volvieron y prepararon plantas aromáticas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto”.

Breve comentario: José de Arimatea: de él se añade que es un hombre virtuoso y justo. No estaba de acuerdo con el Sanedrín, lo cual también modifica a Marcos. Las mujeres descansan en el sábado. Arimatea es una ciudad judía (los lectores de Lucas son gentiles).

Juan 19, 38-42: “Y después de eso pidió a Pilato José de Arimatea, que era discípulo de Jesús pero oculto por miedo a los judíos, llevarse el cadáver de Jesús; y Pilato lo consintió. Así pues, fue y se llevó su cadáver. Y también fue Nicodemo, el que se llegó a él de noche al comienzo (de la vida pública de Jesús: cap. 3 del Evangelio), llevando una mezcla de áloe y mirra de unas cien libras. Así pues, tomó el cadáver de Jesús y lo amortajó con vendas con los aromas, tal como es costumbre enterrar entre los judíos. Y había en el lugar donde fue crucificado un huerto, y en el huerto un sepulcro vacío en el que nadie había sido sepultado; así pues, allí, debido a la víspera de los judíos, porque el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús”.

La magnificación es máxima: se añade otro personaje: Nicodemo, probablemente un personaje ideal, según el análisis del cap. 3 del Evangelio de Juan. Además lo de las cien libras (casi cincuenta quilos) es absolutamente inverosímil. Habría ungüentos para tres inhumaciones de reyes… por lo menos.

Entonces: nos preguntamos de nuevo: ¿quién enterró verdaderamente a Jesús? Si leemos a Pablo y los evangelios según su orden de redacción, se observará cómo hay un claro proceso de añadidos y modificaciones del relato original muy simple.

En Marcos, José de Arimatea es un miembro del Gran Sanedrín (el Consejo que gobernaba a Israel en lo que le dejaban los romanos). José de Arimatea era al parecer un hombre interesado de alguna manera en, al menos, un aspecto de la predicación de Jesús (la llegada del reino de Dios), pese a lo cual Marcos no afirma que fuera seguidor del Nazareno.

En Mateo, pasa a ser discípulo de Jesús, mientras que en Lucas se nos dice que era justo, es decir, que se atenía a la ley de Moisés, y que esperaba el reino de Dios. Lucas limpia además su nombre al señalar que no estuvo de acuerdo con la condena a muerte de Jesús.

No se sabe con seguridad dónde se encontraba Arimatea, aunque se trataría probablemente de Harimatea (en hebreo ha-ramathaim) un pueblo cerca de la actual Lod, a medio camino entre Tel Aviv y Jerusalén. Esta ciudad, situada en el territorio de la tribu de Efraín, había sido el lugar de nacimiento del profeta Samuel.

La versión de Marcos, la más antigua después de Pablo no dice que la tumba fuera “su tumba”, sino que era “una tumba” o “un sepulcro”. Igual ocurre en Lucas. Mateo asume por su cuenta la idea, pero especificando que era un sepulcro concreto, nuevo que José de Arimatea mismo había ordenado excavar en la roca y, que el sepulcro, muy lujoso, tenía como puerta una gran roca.

Parece evidente que el Evangelio de Mateo, compuesto unos 50 0 55 años después de la muerte de Jesús está magnificando el evento.  Parece, pues, claramente una elaboración secundaria y tardía. Además hace de José de Arimatea un discípulo o seguidor de Jesús. No es extraño que la investigación piense que con el paso de los años, el enterramiento de Jesús se convirtió en un acto de piedad extraordinario, como forme a lo que se opinaba de Jesús por aquellos años, e hizo de José de Arimatea un seguidor más del Nazareno a quien regala nada menos que su propia tumba, súper cara y maravillosa.

En el Evangelio de Juan se observa que ya no se dice que José de Arimatea fuese miembro de ninguna institución judía, sino simplemente un discípulo de Jesús. Se completa así la transición desde: 1. Miembro del Sanedrín, sin especificar 2. Miembro del Sanedrín y seguidor de Jesús al cual regala una tumba maravillosa (Mateo). 3. Miembro del Gran Sanedrín y cumplidor de la Ley mosaica (Lucas) hasta: 4. Seguidor oculto de Jesús por miedo a los judíos (Juan) que tiene un colaborador y que entre los dos se gastan un notable monto de dinero en comprar aromas para embalsamarlo, en una tumba individual, naturalmente, a la cual van corriendo Pedro y Juan y la Magdalena detrás (Jn 20,4).

Respecto al segundo personaje implicado según Juan en el descendimiento de Jesús, Nicodemo, a mayoría de los investigadores están de acuerdo en identificarlo con el “fariseo, autoridad de los judíos”, es decir, perteneciente al Gran Sanedrín, que mantiene un civilizado diálogo con Jesús en Juan 3, 1-21 y que posteriormente sale en defensa de Jesús cuando se le quiere condenar sin haberlo escuchado (Juan 7, 50-51). De ser así, tendríamos el nombre de un segundo miembro de las autoridades judías implicado en el sepelio de Jesús. Jesús, pues, recibe un entierro de ricos.

Podríamos seguir… Pero creo que es bastante.

Vuelvo a repetir que tengo un máximo interés por conocer su bibliografía, porque sus afirmaciones no coinciden en muchísimos casos con lo que dice la literatura técnica, que en sí no es protestante ni católica ni nada de nada, sino mero estudio de los Evangelios.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

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Volvemos a la pregunta central de este apartado: El Sepulcro vacío:

1-¿Como negar que el sepulcro estaba vacío como hace el sector «Antichrestus» pero sí admitir que fueron dos mujeres las que lo encuentran vacío?

RESPUESTA:

 

No considero acertada la expresión “antichrestus”, aparte de que no lo había leído en mi vida. No sé los demás personajes que pueden participar en este Foro, pero yo no soy antichrestus. Ni anti nada. Un historiador, si tiene responsabilidad y se precio de serlo, ha de procurar ser imparcial. Si se convierte en propagandista de los que sea, ya no es historiador.

 

Por mi parte, la figura de Jesús me interesa muchísimo, ya que sin cristianismo (cuyo fundamento es la figura de Jesús y la de Jesucristo, que son muy distintas), como base sólida y fundamento, no hay ideología “europea”. Pero como historiador, no como teólogo, ya que jamás he estudiado teología, y no me arrepiento, me interesa el Jesús histórico.

 

Y una vez puesto en esta situación, estoy a lo que resulta de la investigación independiente, es decir de aquella que investiga la figura del Jesús histórico sin depender de iglesia alguna. Sin adelantarme con prejuicios ni molestarme con cualquiera que sea el resultado la investigación independiente. Por tanto, que se me clasifique como “antchrestos” lo considero ofensivo, porque yo soy “antinada”.

 

Lo del sepulcro vacío:

 

Mi planteamiento repetido mil veces (soy como una capana que tañe en el desierto), y nunca refutado seriamente en Basketcantera es que no hubo tal sepulcro. Y el argumento es la lectura imparcial de Hechos de apóstoles 13,27-29: Si Jesús fue enterrador por sus acérrimos enemigos, según los Evangelios, lo sumos sacerdotes que controlaban el Gran Sanedrín, los ancianos y los escribas, no es lógico que a él, ignorando además a sus dos discípulos que fueron crucificados con él y por idénticos motivos, fuera sepultado en un sepulcro honorable, tallado en roca, un sepulcro nuevo, propio de ultrarricos.

 

Y he mantenido que la figura de José de Arimatea (de la que la investigación histórica ha dudado de su existencia, y yo también), pienso ahora que puede salvarse si se piensa que el personaje evangélico no era más que un miembro de un pequeño grupo, “collegium” o sinedrio / sanedrín, de sepultureros de las autoridades para enterrar a 1. Peregrinos muertos en las fiestas; 2. Bandidos comunes capturados en Jerusalén, a los que se enterraba, sin caja alguna, en la tierra, en una fosa, la mayoría de las veces común, si eran varios los ajusticiados, en una fosa, digo, a la que se lanzaba encima un montón grande tierra. Si habían quedado vivos, morían por ahogamiento enterrados bajo, quizás, una tonelada de tierra. José de Arimatea sería el jefe de los sepultureros oficiales, ya que las autoridades no se ocupaban de enterrar ellas, físicamente a los pergrinos muertos o ejecutados. Por tanto no hubo sepulcro, no hubo tumba vacía no hubo mujeres que fueran al sepulcro, en opinión de la investigación independiente, ni antichrestus ni nada de nada.

 

Y una última observación: ¿Qué se puede esperar por parte de una investigación puramente histórica, de la memoria histórica de unas tradiciones y unos evangelistas que componen sus obras al menos 40 años después de la muerte de Jesús, hasta 70 años en el caso del Evangelio de Juan, de unos evangelistas, insisto, que ignoran totalmente la fecha de la muerte de Jesús y que no saben con exactitud más que murió un “viernes”, pero que ignoran totalmente si en la tarde ese viernes, cuando se veía la primera estrella, comenzaba la Pascua, o era la víspera de la Pascua? Esa distinción es muy importante. Pues bien, los Sinópticos no lo saben. Y repitan tampoco saben la fecha de la muerte de Jesús, datos elementales.

Por tanto un historiador ya tiene un dato importante para empezar a investigar sobre la exactitud de lo contado en los Evangelios. ¡Ignoran lo elemental!

Y el segundo dato es que con una sinopsis griega de los 4 evangelios en la mano, como creo haber demostrado en mi comunicación anterior, se observa claramente no un procese de “añadidos históricos indudables”, sino un procese de corrección de unos evangelistas a otros y de magnificación que en el último evangelio, el de Juan, alcanza unos niveles increíbles al añadir a Nicodemo en el descenso y sepultura de Jesús, personaje probablemente simbólico en el capítulo 3 de ese mismo Evangelio, y al afirmar que se embalsamó el cuerpo de Jesús con aproximadamente 50 kilos de báslamos ultra caros…

En fin, esta es mi respuesta.

 

2. Y pregunté en mi aportación del lunes pasado que se me dijera qué bibliografía se ha consultado, dónde se ha estudiado, de modo que pueda hacerme una idea de las fuentes que beben los denominados “Prochrestus. En una palabra: quieroi conocer su bibliografía, sus libros de cabecera. Yo puedo decir cuáles son los míos, pero los Prochrestus no me responden cuáles son los suyos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

Universidad Complutense de Madrid

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Buenos días profesor.
El término «Antichrestus» viene de aquellos que catalogan a los historiadores que niegan al Cristo pase lo que pase y teniendo las pruebas que tengan. Es decir ellos tienen los mismos datos que tenemos los demás, pero con los mismos datos, no quieren verlo y le voy a poner un ejemplo que además es un ya un comentario a su respuesta.

1)Habíamos llegado al acuerdo de que el sepulcro «pudo haber existido» porque Yehohanan tenía un sepulcro y había sido crucificado pero usted insiste de nuevo en negarlo. Incluso usted llegó a decir que el caso este de Yehohanan sin duda es una dificultad para admitir que no hubo sepulcro pero aún así pasado unos días o unas semanas se vuelva a mantener en el postulado primigenio.Y luego está la manía de determinados sectores históricos de rellenar lo que no se sabe con lo que a ellos les conviene, absolutamente inventado sin rubor alguno, como por ejemplo que José De Arimatea, era del sinedrio funerario cuando solo sabemos que es de un sinedrio pero lo de funerario, se lo sacan de la manga cuando les viene bien , para decir, bueno vale, de acuerdo, pues entonces tengo que reconocer que existió José de Arimatea, pero lo tengo que inventar como del sinerio de los funerarios y como enterraban sin caja lo tiraron uno encima del otro y ya está ya tengo a Jesús otra vez en la montonera de cadáveres que debe estar para que no no estropee mi teoría ( No dejes que la verdad te destruya un buen titular) es decir es toda una manipulación continua profesor la de este sector «Antichrestus», manipulaciones y rellenar los espacios que no puedo con intenciones de lo más rocambolescas que no niego que también existan entre los historiadores creyentes pero en los autodenominados independientes entre los que hay muchos «Antichrestus» no se quedan atrás.

2) El sector «Antichrestus» se intenta aferrar a Hechos de los Apóstoles 13:27 , (discípulo insignificante de uno de los cuatro principales evangelistas) e ignorar intencionadamente a los cuatro principales evangelistas Mateo 27:57, Marcos 15:43, Lucas 23:50 y Juan 19:38 dándole toda la verosimilitud al discípulo desconocido de uno de los evangelistas pero no a los cuatro evangelistas juntos que hablan exactamente de lo mismo , de un sepulcro propiedad de José de Arimatea done fue parar Jesús. No parece un planteamiento objetivo de la investigación histórica «Antichrestus» si me lo permite. Más bien parece un intento a la desesperada el intentar igualar en credibilidad a Hechos de los Apóstoles 13:27 por encima de Mateo 27:57, Marcos 15:43, Lucas 23:50 y Juan 19:38 juntos. Inasumible.

 

3) Dice usted que no hubo sepulcro y que no hubo mujeres que fueron al sepulcro, por lo tanto ¿debemos colegir que alguien se inventó que las mujeres fueron las que descubrieron el sepulcro vacío?¿Mujeres del siglo I como testigos centrales del hecho central de mi historia central? Pues obviamente no, pero como la figura del sepulcro a determinado sector histórico le escuece y le hace daño porque sería empezar a reconocer muchas cosas pues niegan la mayor pero negando la mayor se deslegitiman ellos mismos porque nadie se iba a inventar que fueron tres mujeres las que descubrieron el núcleo central de la historia del héroe Jesús. Si te inventas una historia invéntate lo del sepulcro apoyado porque fueron los 11 apóstoles encabezados por Pedro, Tomás y Santiago, pero que fueron tres mujeres es imposible.

 

4)Sobre dataciones.

Entre el siglo I y el IV existen unos 5000 manuscritos que refrendan a Jesús algunos ,testigos visuales como partes de :

Partes del Evangelio de Tomás

Partes del Evangelio de Lucas (Hechos de los Apóstoles se escribe antes del año 62 porque habla mucho de Santiago y no tiene sentido que no hable de su muerte que fue en el año 62 y teniendo en cuenta que Lucas es anterior nos tendríamos que ir claramente a los años 50)

Partes de la Fuente Q

Papiro Thiede

Los Autoctai de Lucas (negado por el sector «Antichrestus»)

Y sobre las posteriores no creo que se pueda deslegitimar porque hayan pasado 40 años, de hecho la biografía de Buda y la biografía de Mahoma se escriben 300 años después de la muerte de ambos dos y si nos vamos a textos con orígenes más antiguos,la guerra de las Gallas de Julio César que conservamos se escribe en un manuscrito 1.000 años después de que Julio César la hubiese escrito y nadie duda de lo que dice la Guerra de las Galias. La República de Platón desde que lo escribió este filósofo a la escritura que conservamos en la actualidad pasaron 1200 años. Dicho de otra manera: si aplicásemos las normas que se le aplican a los textos cristianos nos quedábamos sin historia antigua.

 

5) Sobre mis fuentes son exclusivamente los textos históricos pero no me baso en ningún escritor que se separe más de tres o cuatro siglos de la figura de Jesús porque sería ridículo, para sacar conclusiones, ya estoy yo, no me hace falta que nadie me diga que debo hacer caso a Hechos de los Apóstoles pero no debo hacer caso a los cuatro evangelistas porque carece de sentido absoluto. Como tampoco necesito que un sacerdote me lea los evangelios porque ya estoy yo para leerlos y sacar mis conclusiones.

Del único autor que he leído varios libros ha sido usted.De los demás, intenté leer la invención de Jesús de Fernando Bermejo y no recuerdo haber leído en mi vida una manipulación más grande de la historia un retorcimiento tan brutal empezando por la portada, siguiendo por la dedicatoria a los asesinados por los cristianos y continuando por rellenar partes de la historia de Jesús con elucubraciones. Querido profesor no hay nada que un escritor del siglo XXI sepa mejor que testigos que vieron a Jesús y yo intento leer a aquellos que estuvieron allí presentes o muy cercanos en el tiempo las interpretaciones de los historiadores posteriores exceptuando la de usted me dan exactamente igual.

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PROFESOR D. ANTONIO PIÑERO:

Ciertamente dije que era una dificultad. Y lo mantengo. Pero vuelvo a mi antigua teoría, porque también dije, si no recuerdo mal, que a pesar de la dificultad, el resto de los argumentos, sobre todo el entierro por parte de los enemigos acérrimos de Jesús, hacían muy difícil mantener la doctrina del sepulcro, y de la presencia de mujeres allí.

En realidad daría casi igual mantener la noción de que fue enterrado en un sepulcro y no en una fosa común, por una sencilla razón: los testimonios escritos de los evangelios sobre el sepulcro y la resurrección están tan llenos de inexactitudes y de contradicciones, que ante un juez imparcial serían desestimados como prueba.

Mi opinión, pues, es que esos testimonios son casos de escritos compuestos no compuestos por testigos visuales, sino a la luz de una fe previa en la resurrección, contados por evangelistas, que escriben entre 40 y 70 años después de la muerte de Jesús.

Son evangelistas que no tienen ni la menor idea de cuando y donde nació Jesús ni cuándo murió Jesús (ni si murió en un día en cuya tarde comenzaba la pascua, o la víspera de ella). Ignoran pues datos básicos, ignorancia que hace que el relato de Marcos –y sus dos escritores dependientes de él, clarísimamente dependientes de Marcos en estos pasajes, como dice el 99 % de la investigación, incluso católica– sea imposible de creer. En realidad, los evangelistas no sabían nada seguro, y no cuentan más que tradiciones embellecidas y que se magnificaban sucesivamente en el tiempo, una sobre otra.

 

RÉPLICA (2)

“Y luego está la manía de determinados sectores históricos de rellenar lo que no se sabe con lo que a ellos les conviene, absolutamente inventado sin rubor alguno, como por ejemplo que José De Arimatea, era del sinedrio funerario cuando solo sabemos que es de un sinedrio pero lo de funerario, se lo sacan de la manga cuando les viene bien, para decir: Bueno vale, de acuerdo, pues entonces tengo que reconocer que existió José de Arimatea, pero lo tengo que inventar como del sinedrio de los funerarios y como enterraban sin caja lo tiraron uno encima del otro y ya está ya tengo a Jesús otra vez en la montonera de cadáveres que debe estar para que no estropee mi teoría (No dejes que la verdad te destruya un buen titular) es decir es toda una manipulación continua, profesor la de este sector «Antichrestus», manipulaciones y rellenar los espacios que no puedo con intenciones de lo más rocambolescas que no niego que también existan entre los historiadores creyentes pero en los autodenominados independientes entre los que hay muchos «Antichrestus» no se quedan atrás.

 

RESPUESTA: Como historiador independiente, escéptico y agnóstico, al que le da igual previamente que el resultado de una investigación sincera lleve a un lado o a otro, que pretende no tener prejuicios, no albergar ideas preconcebidas que tiene que defender a cualquier precio, me siento aludido por la formulación, o señalación de intenciones (ya que me han colocado en el sector “AntiChrestus”, del que no tenía ni la menor idea) que no puedo compartir.Sinceramente me siento muy dolido por endosarme esas ideas e intenciones que no son las mías.

 

RÉPLICA 3) El sector «Antichrestus» se intenta aferrar a Hechos de los Apóstoles 13:27 , (discípulo insignificante de uno de los cuatro principales evangelistas) e ignorar intencionadamente a los cuatro principales evangelistas Mateo 27:57, Marcos 15:43, Lucas 23:50 y Juan 19:38 dándole toda la verosimilitud al discípulo desconocido de uno de los evangelistas pero no a los cuatro evangelistas juntos que hablan exactamente de lo mismo , de un sepulcro propiedad de José de Arimatea done fue parar Jesús. No parece un planteamiento objetivo de la investigación histórica «Antichrestus» si me lo permite. Más bien parece un intento a la desesperada el intentar igualar en credibilidad a Hechos de los Apóstoles 13:27 por encima de Mateo 27:57, Marcos 15:43, Lucas 23:50 y Juan 19:38 juntos. Inasumible.

 

RESPUESTA:· Ya he dicho mil veces que me aferro al texto de Hechos 13,27-29, porque es “la lectura más difícil” y porque esa es una norma elemental de la investigación

· He dicho también mil veces que, respecto al valor histórico de la suma de 4 evangelistas en esta sección de los Evangelios, se consulten los Comentarios y obras técnicas, por decenas, de investigadores de todos los “colores ideológicos”, incluidos los católicos. Mateo y Lucas dependen de Marcos, y Juan, en parte, en la historia de la pasión con rasgos propios, depende de Lucas. Consúltese, insisto, las obras técnicas. Las calificaciones, pues, intento a la desesperada e inasumible, son el fruto de un desconocimiento de la investigación. Para mí son bastante insultantes y ofensivas.

 

REPLICA 4)

“Dice usted que no hubo sepulcro y que no hubo mujeres que fueron al sepulcro, por lo tanto ¿debemos colegir que alguien se inventó que las mujeres fueron las que descubrieron el sepulcro vacío?¿Mujeres del siglo I como testigos centrales del hecho central de mi historia central? Pues obviamente no, pero como la figura del sepulcro a determinado sector histórico le escuece y le hace daño porque sería empezar a reconocer muchas cosas pues niegan la mayor pero negando la mayor se deslegitiman ellos mismos porque nadie se iba a inventar que fueron tres mujeres las que descubrieron el núcleo central de la historia del héroe Jesús. Si te inventas una historia invéntate lo del sepulcro apoyado porque fueron los 11 apóstoles encabezados por Pedro, Tomás y Santiago, pero que fueron tres mujeres es imposible.

 

RESPUESTA:No se trata de un invento. Sino de la idea que se obtiene de los relatos sobre la resurrección es que a idea de que Jesús estaba vivo y estaba espiritualmente con ellos como grupo, empezó con las mujeres de ese grupo, las cuales convencieron a los varones de que era así, unos varones al principio renuentes a creerlo.

Una vez asentado este hecho, y admitida la dudosa idea de que hubo un sepulcro y de que fue hallado vacío, colorear el resto de la narración es fácil para la tradición que parte de una fe inconmovible en que Jesús había resucitado

 

RÉPLICA 5) Sobre dataciones.

“Entre el siglo I y el IV existen unos 5000 manuscritos que refrendan a Jesús algunos ,testigos visuales como partes de :

Partes del Evangelio de Tomás

Partes del Evangelio de Lucas (Hechos de los Apóstoles se escribe antes del año 62 porque habla mucho de Santiago y no tiene sentido que no hable de su muerte que fue en el año 62 y teniendo en cuenta que Lucas es anterior nos tendríamos que ir claramente a los años 50)

Partes de la Fuente Q

Papiro Thiede

Los Autóptai de Lucas (negado por el sector «Antichrestus»)

Y sobre las posteriores no creo que se pueda deslegitimar porque hayan pasado 40 años, de hecho la biografía de Buda y la biografía de Mahoma se escriben 300 años después de la muerte de ambos dos y si nos vamos a textos con orígenes más antiguos, la guerra de las Gallas de Julio César que conservamos se escribe en un manuscrito 1.000 años después de que Julio César la hubiese escrito y nadie duda de lo que dice la Guerra de las Galias. La República de Platón desde que lo escribió este filósofo a la escritura que conservamos en la actualidad pasaron 1200 años. Dicho de otra manera: si aplicásemos las normas que se le aplican a los textos cristianos nos quedábamos sin historia antigua.

 

RESPUESTA: Hay aquí alguna que otra confusión. Cierto que hay más de 5.000 manuscritos, pero contando hasta los siglos XII y alguno del XVI. Pero eso no importa. El texto griego más antiguo, establecido por los expertos en crítica textual del Nuevo Testamento, es del año 200 (salvo el pequeñísimo P52 (que contiene Jn 18,31-33; 37-38, que suele datarse hacia el 150).

Y tenemos probables citas del Evangelio de Mateo y de 1 Corintios antes del 110, en cartas auténticas de Ignacio de Antioquía.

Que el texto del Nuevo Testamento no es óbice para que se estime que 1 Tesalonicenses se redactó en el año 51. No es problema alguno. Los estudiosos creen que la reconstrucción del texto del Nuevo Testamento del 200 se debe de acercar mucho a lo que escribieron los autores del Nuevo Testamento.

Una vez admitido esto, la crítica estudia muy cuidadosamente el contenido de cada libro del Nuevo Testamento, situándolo en su momento y ámbito.

El autor de la réplica 5) debió ahorrarse los ejemplos de la República de Platón etc., porque la crítica distingue muy bien entre fecha del original y las copias de copias y copias a lo largo de los siglos. Por tanto este argumento no es válido.

· Es técnicamente imposible la fecha del 5-60 para Hechos. Insisto ¡técnicamente imposible! En “Los Libros del Nuevo Testamento», en la Introducción, explico muy claramente las razones. Léase, por favor.

· Ni el Evangelio de Tomás ni el “Papiro Thiede (O’Callaghan) pueden entrar en la discusión. Una vez más falta información.

Así que, en conjunto, estimo que esta Réplica 5, está fuera de lugar.

 

RÉPLICA 6) Sobre mis fuentes son exclusivamente los textos históricos pero no me baso en ningún escritor que se separe más de tres o cuatro siglos de la figura de Jesús porque sería ridículo, para sacar conclusiones, ya estoy yo, no me hace falta que nadie me diga que debo hacer caso a Hechos de los Apóstoles pero no debo hacer caso a los cuatro evangelistas porque carece de sentido absoluto. Como tampoco necesito que un sacerdote me lea los evangelios porque ya estoy yo para leerlos y sacar mis conclusiones.

Del único autor que he leído varios libros ha sido usted. De los demás, intenté leer la invención de Jesús de Fernando Bermejo y no recuerdo haber leído en mi vida una manipulación más grande de la historia un retorcimiento tan brutal empezando por la portada, siguiendo por la dedicatoria a los asesinados por los cristianos y continuando por rellenar partes de la historia de Jesús con elucubraciones.

Querido profesor no hay nada que un escritor del siglo XXI sepa mejor que testigos que vieron a Jesús y yo intento leer a aquellos que estuvieron allí presentes o muy cercanos en el tiempo las interpretaciones de los historiadores posteriores exceptuando la de usted me dan exactamente igual.

 

RESPUESTA · En juzgar la obra de F. Bermejo no me meto ahora. Creo que en mis Blogs de “Cristianismo e Historia” y en “Religión Digital” he escrito una reseña de más de 30 folios densos sobre su obra.

· “Los testigos que vieron a Jesús” es una frase que no atañe para nada a o que discutimos, ya que el tema es el descendimiento de la cruz, y en general los relatos de la resurrección y enterramiento que obtienen un veredicto absolutamente negativo en su imagen global por la investigación de histórica de todo pelo y condición. Ahí no hubo testigos visuales.

· Es difícil que sin saber griego y estudiar muchos años y leer a los investigadores, insisto, de todo pelo y condición, esté una persona bien capacitada para sacar ciertas conclusiones sobre la historicidad de los Evangelios en general y de algunas secciones en particular.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

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HISTORIADOR MATIAS MORENO

 

Se llega a un punto en el que todos los evangelistas dicen que Jesús está en un sepulcro, Yehohanán «nos dice» que efectivamente podía estar en un sepulcro un crucificado, cuando la que descubre el cuerpo es una mujer con lo que eso conlleva (si se inventa uno una historia en la que la descubridora del hecho central de la historia de mi héroe Jesús tiene como único testigo simplemente un par de mujeres con lo que significaba eso de poco valor en el siglo primero en Israel, lo cual evidencia que la historia no es inventada sino absolutamente real que sepulcro existía y que fue descubierto por dos mujeres porque no podemos negar que estuviera vacío pero afirmar que efectivamente sí eran dos mujeres),

cuando cientos de seguidores cercanos se dejan martirizar,  quemar o crucificar o simplemente ser perseguidos porque dicen que lo están viendo resucitado, Pablo el asesino de cristianos dice que le ve resucitado, Santiago al que le acusa de loco dice que le ve resucitado y se encarga de la iglesia en Jerusalén, Pedro el traidor por tres veces se dedica a dar su vida porque dice que le ve resucitado, las cientos de personas de Pablo dicen que le ven resucitado en un conjunto de indicios que nos llevan inequívocamente a pensar que toda aquella gente no podía estar loca y que efectivamente estaban viendo a aquel tal Jesús con vida.

 

Para colmo, mi querido y admirado amigo el profesor Piñero, dice que «sin en el más absoluto convencimiento de los primeros cristianos de que estaban viendo a Jesucristo resucitado no se puede explicarse el origen del cristianismo.»

Pues blanco y en botella por muchos esquemas mentales de décadas que pueda romper en la cabeza del historiador que sea.

 

Pero la respuesta a todo esto que da usted es, «pues me parece muy bien, usted crea lo que quiera, yo no creo en que un ser humano pueda resucitar.»

Claro usted tiene que entenderme que una persona con su cociente intelectual, tras analizar la ingente cantidad de pruebas y aún reconociendo que efectivamente no hay otra explicación más que aquellos cristianos sí que pensaban que estaban viendo a Jesús resucitado, se enroque y diga pues me da igual no lo voy a reconocer nunca porque los humanos no resucitan.

 

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PROFESOR ANTONIO PIÑERO

Divido la crítica en partes:

Tesis:

Todos los evangelistas dicen que Jesús estaba en un sepulcro

 

Respuesta:

Técnicamente esa afirmación no es sostenible. En este pasaje en concreto los evangelistas Mateo, Lucas y Juan dependen del relato de uno, Marcos, y este a su vez de un más que probable (según la reconstrucción de la crítica, de un Relato la pasión, previo a Marcos, escrito probablemente en Jerusalén, por judeocristiano cuyo nombre desconocemos. Síntesis. Solo hay una fuente.

 

Marcos y el relato de la pasión  de Jesús no es fiable históricamente. Marcos desconoce la fecha de la crucifixión, el día exacto de la muerte de Jesús. No sabe ni siquiera el año. Tiene en general muy poca información directa de lo ocurrido en la presunta semana de la Pasión. En general toda la investigación está de acuerdo en que el relato de la Pasión contiene unas 80 citas o alusiones a la Biblia judía. Por lo que se considera que el relato de pasión está escrito para ajustar la pasión de Jesús a modelos bíblicos para presentar la muerte injusta de Jesús como la muerte injusta del siervo de Yahvé predicha por Isaías, sobre todo los versículos  del capítulo 52,13-15 y 53, 1-12.

 

Y sobre el relato de José de Arimatea: La técnica filológica desconfía de la existencia de este personaje, porque los versículos  15,42-47 son redaccionales, propios de Marcos, no de sus fuentes como indica el minucioso estudio del vocabulario y el estilo marcano hecho durante décadas.

 

Para salvar la existencia histórica de José de Arimatea, y no dictaminar sin más que este personaje es un mero invento de la tradición, se ha supuesto la idea de que el trasfondo de la historia de Marcos sobre este personaje fuera la existencia de un sanedrín de sepultureros de Jerusalén. Y que José de Arimatea fuera el jefe. Es decir, no se trata de un invento de la crítica, sino todo lo contrario, un intento de salvar lo que dice Marcos. La intención de la crítica es, pues, totalmente positiva, no denigratoria.

 

Marcos escribe unos 40 años después de los sucesos. Es probable que los judeocristianos primitivos no tuvieran interés en recoger datos de la pasión de Jesús porque creían a pies juntillas que Jesús habría de volver desde el cielo, sin más precisión, a la tierra para instaurar el reino de Dios. Y si esto iba a suceder prontísimo, si los discípulos habían huido a Galilea, si en Jerusalén solo habían quedado algunas mujeres del grupo de ayuda a Jesús, es muy probable que no se entretuvieran en recoger datos precisos. Pasado el tiempo, como la parusía o segunda venida de Jesús se retrasaba sine die, los pocos datos que había se perdieron.

La historia, pues, de la pasión desde el punto de vista técnico es una reconstrucción pseudo histórica dictada por la fe firme en que Jesús había resucitado Pero el autor que hizo el primer relato de la pasión y resurrección probable  no tenía ningún dato rigurosamente histórico de lo que sucedió. Marcos como evangelista no tenía idea de cómo había sido exactamente el entierro, ni como había resucitado, ya que a resurrección no la presenció nadie. Todo lo demás son relatos de apariciones a diversas personas.

 

Tesis:

La historia de Yehohanán «nos dice» que efectivamente podía estar en un sepulcro un crucificado.

 

Respuesta:

Cierto. El caso es incontestable. Es un caso único. Pero los historiadores afirman que no es posible tomar la existencia de este caso único como una prueba de que con Jesús ocurrió igual. Es, pues, posibilidad, pero no prueba.

 

Tesis:

La que descubre el cuerpo es una mujer con lo que eso conlleva (si se inventa uno una historia en la que la descubridora del hecho central de la historia de mi héroe Jesús tiene como único testigo simplemente un par de mujeres con lo que significaba eso de poco valor en el siglo primero en Israel, lo cual evidencia que la historia no es inventada sino absolutamente real que sepulcro existía y que fue descubierto por dos mujeres porque no podemos negar que estuviera vacío pero afirmar que efectivamente sí eran dos mujeres)

 

Respuesta:

He aquí el relato de Marcos:

16 Y pasado el sábado, María Magdalena, María la de Jacobo y Salomé compraron especias para ir a ungirlo. Muy temprano por la mañana, en el primer día de la semana, fueron a la tumba después de salir el sol. Y se decían unas a otras:

–¿Quién nos hará rodar la piedra de la puerta del sepulcro?

Pero al levantar la vista, vieron que había sido ya apartada, pues era muy grande.

Y tras entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, cubierto con una vestimenta blanca, y se asombraron mucho. Él les dijo:

–No os asombréis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha resucitado; no está aquí. Ved el lugar donde lo colocaron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, tal como os dijo.

Mas ellas salieron y huyeron de la tumba, pues el temor y el asombro se había apoderado de ellas. Y a nadie dijeron nada, porque tenían miedo.

 

Tras la lectura del texto de Marcos pregunto:

 

¿De dónde saca mi “contrincante dialógico” eso de que La que descubre el cuerpo es una mujer con lo que eso conlleva? Es imposible. Ninguna mujer des ubre ningún cuerpo. Hay que esmerarse en lo que se escribe.

 

Segundo: el relato de Marcos no  tiene más remedio que recurrir a mujeres porque los discípulos varones habían huido todos a Galilea. Y los dos posibles que quedaban, Pedro y Juan, habían desaparecido. De Pedro nada se sabía en ese momento y de Juan, tampoco, porque la escena al pie  de la cruz del Cuarto Evangelio (19,25) es del todo inverosímil conociendo las costumbres romanas en las ejecuciones,  por lo que la investigación sostiene que esa escena es simbólica. Es posible, por lo que deja apuntar el texto de Marcos que Pedro y Juan hubieran huido a Galilea. De cualquier modo, el texto da a entender que las mujeres saben dónde está Pedro. Pero nada más dice.

 

Por consiguiente, la idea de que fueron las mujeres las que descubrieron la tumba vacía era obligada del todo punto, fuera verdad, o no. ¡No había discípulos varones! Así que de momento y en lo que concierne al Evangelio de Marcos esta argumentación es inválida.

 

En el Evangelio de Juan  se cuenta una historia sorprendente sobre María Magdalena, Pedro y Juan que contradice del todo lo que subyace a Marcos:

 

El texto es el siguiente:

 

20 1 El día primero de la semana María Magdalena fue al sepulcro de madrugada, aún a oscuras, y vio la piedra retirada del sepulcro. 2 Corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, al que Jesús quería, y les dijo: “Se llevaron al Señor del sepulcro y no sabemos dónde lo pusieron”.

3 Salieron entonces Pedro y el otro discípulo y fueron al sepulcro. 4 Corrieron los dos a la vez; y el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó primero al sepulcro, 5 y al asomarse vio los lienzos tirados, pero no entró. 6 Llegó también Simón Pedro, que lo seguía, y entró al sepulcro, vio los lienzos tirados 7 y el sudario, que estaba sobre su cabeza, no tirado con los lienzos, sino plegado aparte en otro lugar. 8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó. 9 Aún no habían comprendido la Escritura: que él debía resucitar de entre los muertos. 10 Los discípulos, entonces, volvieron a su casa.

11 María estaba de pie fuera, junto al sepulcro, llorando; mientras lloraba se asomó al sepulcro 12 y vio a dos ángeles de blanco sentados, uno a la cabecera y otro a los pies de donde había estado el cuerpo de Jesús.

 

 

He aquí el comentario, en resumen (del volumen «Los Libros del Nuevo Testamento»), de lo que puede deducirse de este relato

 

1 En Marcos  en el relato entra de lleno lo sobrenatural y que solo puede creerse por fe, no como un dato histórico comprobable: interviene un ángel. Afirma que Jesús ha resucitado; que hay que avisar a Pedro y que solo más adelante verán a Jesús en Galilea. En mi opinión en el siglo XXI  es muy difícil sostener que esta intervención angélica y el mensaje de este espíritu sobrenatural acerca de que Jesús ha resucitado es un dato histórico. Creo que a ningún historiador moderno se le ocurriría sostener que o que dice el evangelio más antiguo el de Marcos es historia.

 

la piedra retirada del sepulcro: la Magdalena no llega a asomarse al interior del sepulcro. Solo hace una conjetura (19,2). Los auténticos «testigos» de la tumba vacía serán Pedro y el «discípulo amado», cuyo testimonio, como varones, es de más valor que el de una mujer. Las mujeres no podían actuar como testigos en los tribunales rabínicos debido a la mentira de Sara, la esposa de Abrahán (Gn 18,9-16; texto en el midrás Pirqé del Rabbí Eliézer 14,4).

 

y al otro discípulo, al que Jesús quería: el episodio es exclusivo de Juan y está destinado a subrayar la importancia del propio grupo johánico.

 

Se han llevado del sepulcro al Señor: la Magdalena dice a un tiempo que Jesús ha sido robado y que ha sido elevado. El empleo de la voz activa sin sujeto resulta extraño en griego. Sin embargo, el autor no puede usar la pasiva, pues su Jesús es el agente de la resurrección. Por mucho que no sepa de qué está hablando, al declararlo «Señor», ya está proclamando la divinidad de Jesús. SE trata de un texto compuesto desde la fe en la resurrección.

 

no sabemos dónde lo pusieron: la Magdalena ha llegado sola al sepulcro. Así pues, el plural «no sabemos» puede ser un indicio de que en la fuente originaria del relato había otros personajes.

 

El otro discípulo (Juan; el discípulo amado) llegó primero al sepulcro: notas a 20,2; 21,7. La imagen del veloz discípulo fue la base sobre la que se apoyó la exégesis tradicional para caracterizar al apóstol Juan (supuesto autor del Evangelio) como un muchacho.

Llegó también Simón Pedro, que lo seguía, y entró al sepulcro: la frase posee sentido simbólico: al igual que el Bautista declara «El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí» (1,15), también el «discípulo amado» acaba por ceder el paso a Pedro. Con todo, como trasunto de la propia comunidad, se le otorga  un papel preeminente, pues es el primero que creyó (20,8).

plegado aparte en otro lugar: el atuendo funerario de Jesús ha sido abandonado en el sepulcro. Frente a Lázaro, salido de la tumba trabado por las vendas y el sudario (11,44), aquí Jesús se ha liberado de todo cuanto recuerde su muerte. Los ungüentos parecen haberse evaporado sin dejar rastro. 34 kg de materia viscosa habrían dejado el suelo de la tumba en una situación impracticable.

la Escritura: que él debía resucitar: al igual que Pablo (1 Cor 15,4), Juan no explicita qué textos de la Biblia hebrea profetizaban la resurrección del mesías. Podría haber citado Isaías 53,10-12; Salmo 16,10; y, sobre todo, Jonás 1,17 y Oseas  6,2, por la mención al «tercer día». Como en Lucas (24,25-27), los discípulos solo llegarán a comprender estas profecías tras las apariciones; esto es, como consecuencia de un laborioso proceso indagatorio en la Biblia hebrea, en búsqueda de profecías que indiquen que l mesías sufrirá pasión y resucitará.

La fe en la resurrección precede a la búsqueda de profecías, es decir, se hurga en la Biblia hebrea para confirmar lo que se cree por fe previamente.

María… llorando: El pasaje resulta incongruente: la Magdalena no ha sido informada por los dos discípulos ¡¡!! Regresa entonces al sepulcro a proseguir con su llanto lo cual no tiene sentido, pues sigue pensando que la tumba ha sido profanada. Nos hallamos, pues, ante una torpe refección de fuentes previas que el autor no ha sabido ensamblar con elegancia.

dos ángeles de blanco: estos ángeles no desempeñan ningún papel relevante en el episodio: solo le preguntan por su llanto (20,13). Frente a los Sinópticos (Mc 16,6; Mt 28,6; Lc 24,6), no anuncian la resurrección de Jesús, omisión que forma parte del proceso de desmitologización del Evangelio de  Juan: es Jesús quien se manifiesta a sí mismo (20,14) sin necesidad de intermediarios.

Hace falta mucho ánimo para creer que este texto –escrito unos 70 años después de la muerte de Jesús– está describiendo sucesos históricos. Y además habla de la presencia de ángeles.

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Tesis:

Cientos de seguidores cercanos se dejan martirizar,  quemar o crucificar o simplemente ser perseguidos porque dicen que lo están viendo resucitado,

Respuesta:

Este argumento hay que entenderlo del siguiente modo: no es que “cientos de discípulos vean a Jesús resucitado”, sino que el creyente de ahora  lo afirma. En honor a la verdad, para un historiador de hoy, lo único que se puede decir es que debido a unas apariciones (hay que creer que fueron rigurosamente históricas) los discípulos de Jesús creyeron firmemente que había resucitado. Lo que el historiador afirma no es la verdad de una resurrección, sino que sin la creencia firme por parte de los discípulos de Jesús de que este había resucitado no se entiende el comienzo del cristianismo.

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Tesis:

El profesor Piñero, dice que «sin en el más absoluto convencimiento de los primeros cristianos de que estaban viendo a Jesucristo resucitado no se puede explicarse el origen del cristianismo.»

Respuesta:

Eso y solo eso digo. Y lo repetiré mil veces: el nacimiento del cristianismo no se entiende sin aceptar que los discípulos de Jesús creían firmemente que este había resucitado. Pero para un historiador la creencia de esos discípulos puede explicarse de muy diversas maneras psicológicas y psiquiátricas. No se le ocurre a ningún historiador  sostener que esa creencia firme de los seguidores de Jesús (necesaria sin duda para el nacimiento del cristianismo) es una prueba histórica de que Jesús resucitó de verdad. Hay un salto no lógico en el razonamiento.

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Tesis

Cientos de seguidores cercanos se dejan martirizar,  quemar o crucificar o simplemente ser perseguidos porque dicen que lo están viendo resucitado,

Pablo el asesino  (¿¿??) de cristianos dice que le ve resucitado,

Santiago al que le acusa de loco dice que le ve resucitado y se encarga de la iglesia en Jerusalén

Pedro el traidor por tres veces se dedica a dar su vida porque dice que le ve resucitado,

Cientos de personas de Pablo dicen que le ven resucitado

(Todo ello) es un conjunto de indicios que nos llevan inequívocamente a pensar que toda aquella gente no podía estar loca y que efectivamente estaban viendo a aquel tal Jesús con vida

Pues blanco y en botella por muchos esquemas mentales de décadas que pueda romper en la cabeza del historiador que sea

Pero la respuesta a todo esto que da usted es, «Pues me parece muy bien, usted crea lo que quiera, yo no creo en que un ser humano pueda resucitar.»

Respuesta:

Aunque yo piense que la resurrección de una persona clínicamente muerta, absolutamente muerta durante horas, tiene que ser probada clínicamente para que yo lo crea, yo no aporto esta idea mía como prueba de que Jesús no ha resucitado. Mi convicción acerca de la posibilidad o no de la resurrección no tiene que ver con mi manera de pensar.

 

Mi argumentación es que las pruebas que ofrecen los testimonios escritos de los Evangelios no resisten la menor crítica racional. Sencillamente no son creíbles como testimonios de un hecho histórico.

 

Son solo testimonios de una fe. Y testimonios tardíos que no tienen, pasado mucho tiempo, ningún dato absolutamente fiable de lo que ocurrió. ¿Por qué? Porque ocurrida la muerte de Jesús, sus seguidores pensaron que volvería del cielo enseguida y no se dedicaron a recoger datos. Y cuando escriben a historia cuarenta años después solo recogen testimonios de una creencia, no datos históricos.

 

Mi argumento es que las pruebas aportadas solo prueban una cosa, a saber, que cientos o miles de seguidores de Jesús están convencidos de que Jesús  ha resucitado. ¡Muy bien! Y que darían a vida por esa creencia. ¡Muy bien! No lo niego. Pero insisto en que los primeros testimonios por escrito de esta presunta resurrección (los Evangelios) no resisten la menor crítica. Están llenos de inexactitudes y contradicciones  y de hechos sobrenaturales propios solamente de la fe que los hacen increíbles. Todo es una creencia de fe que nace del testimonio de unos pocos (fe que incluye milagros, testimonio de un ángel o dos)  y los demás lo creen. Y nada más.

 

Así que la argumentación de mi contrincante ideológico (no enemigo) de “Pues blanco y en botella por muchos esquemas mentales de décadas que pueda romper en la cabeza del historiador que sea”  es en mi modesta opinión absolutamente infundada e ingenua. Carece de cualquier análisis de los textos y no cae en la cuenta de que todo lo que se escribe es el producto de una fe previa. Previamente hay que creer. La historia se inventa después. Muchos años después.

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Buenos días profesor .

1) Si la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús es tomada por Mateo, Lucas y Juan de Marcos ¿Como explica usted que cada uno cuenta una historia totalmente diferente tanto en los personajes, como en el relato del descubrimiento del sepulcro vacío pero coinciden a pies juntillas en la historia de José De Arimatea (coincidiendo en nombre procedencia trabajo nivel socioeconómico en una población de 50.000 personas)?

No tiene sentido quedarnos con aquellas cosas en las que coinciden, pero descartar fuentes distintas en aquellos aspectos en los que divergen los cuatro

2) Sobre la datación de los evangelios se tendrá que revisar, tarde o temprano, porque si Marcos es anterior a Lucas y hechos es una obra de un discípulo de Lucas que no nombra la muerte de Pablo, cuando ha estado relatando detalles como su encarcelamiento, las dataciones deben ser anteriores.

3) Yehohanan lo que demuestra es que el relato de José de Arimatea es históricamente posible.

4) Dice usted que no había más remedio que poner a las mujeres descubriéndose pulcro vacío porque todos los demás habían desaparecido pero esto era fácilmente subsanable apareciendo personajes que habían desaparecido como Pedro o Juan o incluso introduciendo un personaje nuevo que no había aparecido en todos los evangelios como José de Arimatea. De hecho José de Arimatea habría sido perfecto porque el sepulcro era suyo y se podría haber pasado para hacer cualquier gestión.

5) Dice usted»En Marcos  en el relato entra de lleno lo sobrenatural y que solo puede creerse por fe, no como un dato histórico comprobable” cuando pueda me da datos comprobables de la biografía de Aristóteles que no sean textos, como lo son los evangelios.

6) Naturalmente que Pedro llega después,pero no es testigo de nada.

La única autora del descubrimiento es María Magdalena y obviamente que después de Pedro llegarían muchos más, soldados romanos , judíos, curiosos , cotillas y hasta llegar a la actualidad en las que millones de personas se han pasado por Jerusalén a ver si conseguían ver algo, pero la primera que llega y sobre la que recae la responsabilidad de si se ha escondido el cuerpo, si lo han robado o cuál es su localización es María Magdalena acompañada de otra mujer ( por eso habla en plural y no como dice el texto que usted me trae, que hubiesen otros personajes sembrando la duda respecto de que un texto original mantendría la presencia masculina en el descubrimiento)

7) Dice usted «La fe en la resurrección precede a la búsqueda de profecías, es decir, se hurga en la Biblia hebrea para confirmar lo que se cree por fe previamente»

Y esto es absolutamente cierto pero al revés. Después de tres años de escuchar a Jesús, parece que no hay mucho predicamento (bien por el secreto mesiánico o bien en palabras suyas «porque ocurrida la muerte de Jesús, sus seguidores pensaron que volvería del cielo enseguida y no se dedicaron a recoger datos» )y nadie en absoluto le sigue a los pies de la cruz o enfrente de la misma. Pero cuando muere , algo sucede y todos se convierten como poseídos de repente bajo el lema «he visto a Jesús resucitado» y es entonces cuando efectivamente como usted dice empiezan a rebuscar en la Biblia hebrea para tapar las lagunas de lo que no se acuerdan que ha ocurrido y convertirlo en el Jesús judío que tenemos hoy en las iglesias.

O todos aquellos que se dejaron matar a ellos y a sus familias eran rematadamente imbéciles o si tuviésemos la máquina del tiempo y volviéramos al año treinta y seis veríamos que tras la muerte de Jesús pasó algo no le podría decir el que exactamente pero aquella gente no podían ser por cientos idiotas profundos.

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PROFESOR ANTONIO PIÑERO

Querido amigo:

Usted me escribe lo siguiente:
Para colmo, mi querido y admirado amigo el profesor Piñero, dice que «sin en el más absoluto convencimiento de los primeros cristianos de que estaban viendo a Jesucristo resucitado no se puede explicarse el origen del cristianismo.»
Pues blanco y en botella por muchos esquemas mentales de décadas que pueda romper en la cabeza del historiador que sea.
Pero la respuesta a todo esto que da usted es, «pues me parece muy bien, usted crea lo que quiera, yo no creo en que un ser humano pueda resucitar.»
Claro usted tiene que entenderme que una persona con su cociente intelectual, tras analizar la ingente cantidad de pruebas y aún reconociendo que efectivamente no hay otra explicación más que aquellos cristianos sí que pensaban que estaban viendo a Jesús resucitado, se enroque y diga pues me da igual no lo voy a reconocer nunca porque los humanos no resucitan.
Yo no sé cómo le llamaría usted a esta postura en otro ámbito de la ciencia ( a mí me cuesta buscar otro que no sea el de a prioristico pero no lo voy a decir porque no deseo enfadarle) pero normalmente  una botella con un líquido blanco en el interior y que por fuera puede leerse «Pascual» lo que suele contener dentro es leche, por muy extraño que le pueda parecer al espectador ver esa botella con líquido blanco y la leyenda de Pascual en un lugar en el que nunca se pone una botella de leche.
Llevo cincuenta años de mi vida intentando averiguar qué fue lo que pasó el domingo de Pascua del año 36 y usted lo sabe. Lo sabe y lo expresa «sin en el más absoluto convencimiento de los primeros cristianos de que estaban viendo a Jesucristo resucitado no se puede explicarse el origen del cristianismo.» pero cuando va a dar el salto a la conclusión se echa atrás y se niega a concluir.
Es como si en una investigación el cuchillo apunta que el asesino ha sido el mayordomo, el testigo apunta que ha sido el mayordomo, la historia previa de enemistad apuntan que ha sido el mayordomo y juntando todas las pruebas la conclusión de la policía es que ha sido Gracita Morales que andaba por allí. Y cuando se le pregunta a la policía ¿por qué no acusan al mayordomo? dicen que el mayordomo bajo ningún concepto puede ser porque en todos mis años de profesión jamás vi un mayordomo usar un cuchillo y no lo voy a asumir bajo ningún concepto y no quiero continuar con esta conversación.
Me hice licenciado en Historia y llevo toda mi vida analizando los textos con una sola obsesión que me acompaña en cada minuto de cada uno de mis días y simplemente espero que usted con su inmensa sabiduría me pueda ayudar simplemente eso profesor y la pregunta es:
¿Que paso el domingo de pascua del año 36?
Y mi respuesta es como sigue:
¿Qué pasó aquel domingo de Pascua del 36?
Pues mi contestación es que no lo sabemos ni lo sabremos jamás.
Ya le dije que desde el punto de vista técnico, la historia de la Pasión es una de las piezas menos históricas de los Evangelios, aparte de la muerte segura de Jesús.
Hasta los cristianos más ortodoxos, cuando son exegetas serios de los Evangelios, por ejemplo José Alonso Díaz, en «Jesús significa libertad», en su artículo «Jesús y la sociedad de su tiempo», colección  de estudios publicados en «Biblia y Fe» durante años y recogidos por Antonio Salas, Madrid, Edit. «Biblia y Fe, 1987, pp. 103-126.
Si lee Usted este artículo publicado por un jesuita anteriormente a la edición de 1987, y republicado entonces, verá que en el fondo yo no estoy diciendo nada nuevo, sino más o menos lo que José Alonso dijo, jesuita, en ese artículo.
Los exegetas ven en los Evangelios, sobre todo en la historia de la pasión y resurrección, una narración de hechos naturales y sobre todo sobrenaturales en los que el estudio encuentra mil dudas y problemas históricos irresolubles.
La base es esta:  opina José Alonso que se trata –en los Evangelios– de una historia teológica, despolitizada, desjudaizada, sobrenaturalizada,  escrita muchos años después de la muerte de Jesús basándose ya en una interpretación de las Escrituras, que según la nueva hermenéutica de los cristianos apuntan todas hacia el Mesías.
Esa historia de la pasión es una reinterpretación y relectura de la muerte de un sedicioso contra el Imperio romano, y de la de uno o dos de sus discípulos, de un Jesús que era sin duda pacifista, en el sentido de que, como otros fariseos, jamás pensaron en plantar cara a los romanos por las armas, sino que sería Dios el que acabaría con ellos, como enemigos de Israel y del futuro reino de Dios, un reino donde el Imperio no tenía cabida alguna.
Jesús pensaba que Dios actuaría en favor de Israel y contra el Imperio como lo hizo con Josué en Canaán, con Gedeón y luego con los Macabeos, que se liberaron de los monarcas seléucidas. Igual.
Y desde luego la creencia en que Jesús seguía vivo, que se había aparecido primero a las mujeres, que había resucitado fue una creencia colectiva al igual que las apariciones de Fátima, Lourdes o de la Sierra de Madrid, Garabandal.
La historia  de la pasión y la resurrección se cuenta apoyándose en medios sobrenaturales unos 40 años a 70 años más tarde de la muerte del héroe. Nadie había vivo para contradecirla.
Si le parece bien, poniendo por delante lo que Usted escribe, tal como yo o he copiado, puede valer como mi contribución al debate este lunes 30 de octubre:
Saludos,
Antonio Piñero
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FIN DE LA ENTRADA

1 comentario en «LA VERDAD SOBRE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO : PROFESOR PIÑERO VS ERUDITOS CREYENTES (1)»

  1. Estimados amigos:

    La enumeración es correcta. Ciertamente son pruebas indirectas de que los seguidores de Jesús estaban totalmente convencidos de que Jesús había existido (¡¡!!), pero nada más. Naturalmente también estaban convencidos de que había resucitado. Pero en el caso de esta enumeración (por cierto: todos estos autores han sido tratados en el libro comunal editado por mí «¿Existió Jesús realmente. El Jesús de la historia a debate», de Editorial Raíces, Madrid 2018, que creo que todavía está disponible (véase Internet).

    Desde luego lo que no prueban esos textos es que j fuera un «unicum» como ha sostenido repetidas veces a investigación confesional, como (incluso) en estudiosas hasta cierto punto «rompedores», como J. D. Crossan o J. P. Meier.

    Todos hemos sido calificados de “raros”, todos, alguna vez en la vida por algún otro.

    Jesús no era un únicum como sí lo era uno de sus famosos contemporáneos, por ejemplo, Rabí Honi ha-Me’aggel (“el trazador de círculos”; “El circulero”), que cuando había ausencia de lluvias en Israel, trazaba un círculo en la tierra y se sentaba dentro de él y “amenazaba” a Yahvé con dejarse morir de hambre y sed si no enviaba lluvia sobre el país. Y parece que alguna vez le dio resultado

    Para no ir muy lejos voy a comparar a Jesús con uno de sus contemporáneos, su maestro Juan Bautista. En contra de lo que suele decir la exégesis confesional (“Enormes diferencias”, Jesús único), Jesús ciertamente se parecía muchísimo a su maestro Juan Bautista.

    Aprovecho el material de F. Bermejo en un artículo en la revista “Ilu”, de la Universidad Complutense de Madrid, en la que responde exactamente a esa posición de que Jesús era algo único en la historia.

    He aquí el resumen de los parecidos “Juan Bautista –Jesús” propuesto por Bermejo:

    1. Fueron individuos intensamente religiosos, cuyo destino estuvo determinado por su fe.

    2. En su ministerio público, fueron sujetos vital y religiosamente marginales.

    3. Fueron sujetos dotados de carisma.

    4. Reunieron discípulos y actuaron como maestros.

    5. Se inspiraron en especial en el libro de Isaías.

    6. Actuaron como heraldos del inminente drama escatológico.

    7. Enfatizaron más los valores espirituales y morales que los rituales, en la línea del profetismo.

    8. Su predicación contenía directrices morales y exhortaba, en concreto, a compartir la propiedad de los bienes de la tierra.

    9. No se limitaron a las oraciones estipuladas, sino que enseñaron a rezar de forma característica, por ejemplo, el “Padrenuestro”

    10. Se dirigieron en su predicación a sus correligionarios, es decir, a Israel y solo a Israel.

    11. Matizaron el nacionalismo de su mensaje mediante el énfasis en el aspecto moral.

    12. Atrajeron a elementos social y religiosamente marginales de la población.

    13. Anunciaron una intervención decisiva de Dios en un futuro muy próximo: venida del reino de Dios sobre a tierra de Israel

    14. Ambos emplearon un lenguaje popular, caracterizado por la viveza y la hipérbole.

    15. Anunciaron un juicio, y, por ende, salvación y condenación. No solo salvación

    16. A la luz del juicio, hicieron un llamamiento al arrepentimiento.

    17. Su visión del Templo parece haber estado caracterizada por cierta ambigüedad, aunque ninguno de los dos puso en cuestión la necesidad y primacía absoluta del Templo.

    18. Su mensaje tenía polémicas implicaciones sociopolíticas.

    19. Mantuvieron relaciones tensas con Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea.

    20. Fueron arrestados y ejecutados por las autoridades políticas.

    21. La razón decisiva más plausible de sus ejecuciones es que su actividad fue juzgada potencialmente peligrosa para el orden público, y de sedición contra la primacía del Imperio Romano, por lo que tuvieron el carácter de golpes preventivos.

    22. Juan y Jesús fueron exaltados por sus seguidores, especialmente tras su muerte.

    El número e importancia de estos paralelismos dan qué pensar: en las creencias y el mensaje, la percepción de la gente, su expresión y su destino las similitudes son elocuentes y permiten presentar conjuntamente a Juan el Bautista y a Jesús como un subtipo de las modalidades del judaísmo del Segundo Templo. De hecho, la enumeración efectuada evidencia la existencia de una plataforma común lo bastante amplia como para mostrar la implausibilidad de cualquier intento de postular la existencia de un abismo, un contraste radical o discontinuidad entre ambos sujetos.

    Hay diferencias que hacen de la comparación entre ambos personajes un asunto interesante, tales como la actividad taumatúrgica y exorcística atribuida a Jesús, su modo de vida itinerante o sus diferencias de dieta alimenticia y contexto. Ahora bien, aunque puedan considerarse aspectos novedosos de la misión de Jesús con respecto a la de Juan, no parece haber ningún sentido en que puedan ser calificadas de fundamentales. No se puede decir de ningún modo que Juan Bautista fuera predicador de la condenación frente a un Jesús único anunciador de salvación, ya que la proclama de Jesús era tanto de salvación como de condenación para los que no prestaran obediencia a su proclamación.

    Suscribo la Conclusión de Fernando Bermejo

    «Un cuidadoso examen de las fuentes disponibles permite deducir que el perfil reconstruible de Jesús de Nazaret es fenomenológicamente muy similar al de Juan el Bautista. La gran cantidad de paralelismos constatados en diversos órdenes, la altísima opinión de Jesús sobre Juan y el hecho de que algunas presuntas diferencias proclamadas por doquier resulten inverosímiles lo evidencian. Aunque esto no equivale en absoluto a negar la existencia de diferencias entre ambos predicadores y su respectiva idiosincrasia, permite deducir que el tan habitual discurso del contraste y discontinuidad entre ellos –típico, como hemos señalado, de muchas obras sedicentemente históricas acerca de Jesús– carece de toda credibilidad».

    Saludos,

    Antonio Piñero

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