EL DOCTOR D. ALEJANDRO GARCÍA SANJUAN PUNTUALIZA SOBRE LA EXISTENCIA DE MAHOMA Y LAS 3 DATACIONES
EL DOCTOR D. ALEJANDRO GARCÍA SANJUAN PUNTUALIZA SOBRE LA EXISTENCIA DE MAHOMA Y LAS 3 DATACIONES
EL DOCTOR D. ALEJANDRO GARCÍA SANJUAN PUNTUALIZA SOBRE LA EXISTENCIA DE MAHOMA Y LAS 3 DATACIONESEL DOCTOR D. ALEJANDRO GARCÍA SANJUAN PUNTUALIZA SOBRE LA EXISTENCIA DE MAHOMA Y LAS 3 DATACIONESEl profesor D. Alejandro García Sanjuan , puntualiza algo importantísimo respecto de las declaraciones del Dr. D. Emilio González Ferrín.
El Dr. D. Alejandro García Sanjuán es un erudito islámico, historiador y profesor de la Universidad de Huelva . Es autor de obras como La Huelva islámica, una ciudad del Occidente de al- Andalus (siglos VIII-XIII) (Universidad de Sevilla, 2002); Hasta que Dios herede la tierra: Los bienes habices en al-Andalus (siglos X al XV) (Universidad de Huelva, 2002); La conquista islámica de la Península Ibérica y la tergiversación del pasado: Del catastrofismo al negacionismo (Marcial Pons, 2013)45678 o Coexistencia y conflictos. Minorías religiosas en la península ibérica durante la Edad Media (Universidad de Granada, 2015);1 entre otras. La conquista islámica de la Península Ibérica y la tergiversación del pasado constituye una crítica a la tesis historiográfica que sostiene que los árabes no llegaron a conquistar la península ibérica, desde sus inicios por parte de Ignacio Olagüe hasta la obra Historia general de Al Ándalus de Emilio González Ferrín.
D.Alejandro hace una puntualización brillante al argumento del Dr. González Ferrín, que es la siguiente:
«Las ideas de González Ferrín, en primer lugar, no son suyas, sino de Ignacio Olagüe, del que es un simple imitador. Por lo demás, dichas ideas son simple y llanamente un fraude historiográfico sin base científica ni académica alguna, y como tales están totalmente desacreditadas entre historiadores, medievalistas, arabistas e islamólogos. Han sido criticadas desde hace décadas por numerosos autores, lo cual no impide que haya quien siga dándoles credibilidad.
Existe una amplia literatura académica al respecto. Aparte del libro que citan, existen otros trabajos de autores diversos. Les dejo algunos enlaces, por si pudiera intefresarles.
M. Fierro (CSIC)
https://books.openedition.org/cvz/1402
L. Molina (CSIC)
https://www.revistadelibros.com/la-conquista-de-al-andalus-tergiversadamala-ciencia-ensayo-ficcion/
Eduardo Manzano (CSIC)
https://digital.csic.es/bitstream/10261/199548/1/Manzano_AlQantara_2014.pdf
Hay referencias a Mahoma en fuentes no árabes del siglo VII. Existen manuscritos coránicos desde la época omeya. Existen papiros árabes datados en la primera mitad del siglo VII por el sistema de la hégira, es decir, son documentos islámicos. Existen referencias a Mahoma en monedas acuñadas en la península ibérica datadas en el año 716-717. Los testimonios arqueológicos, numismáticos, epigráficos, manuscritos y papirológicos son abrumadores, tanto respecto a los orígenes del islam como a Mahoma y a la expansión islámica protagonizada por los árabes.»
Un auténtico lujo poder contar con las reflexiones islámicas del Dr. D.Alejandro García Sanjuan.
Gracias y un honor.
EL DOCTOR D. ALEJANDRO GARCÍA SANJUAN PUNTUALIZA SOBRE LA EXISTENCIA DE MAHOMA Y LAS 3 DATACIONES
(PD Hemos recibido multitud de preguntas, pero no las vamos a publicar porque ahora estamos con :
El debate de la existencia de mahoma.
El debate de las tres dataciones (primera referencia de Mahoma, primer Corán igual que el de hoy de la historia y primera biografía de Mahoma)
Cuando cerremos este debate continuamos con más, pero vamos a ir paso a paso. Saludos
EL DOCTOR D. ALEJANDRO GARCÍA SANJUAN PUNTUALIZA SOBRE LA EXISTENCIA DE MAHOMA Y LAS 3 DATACIONES
Estimados amigos,
Todo mi apoyo al profesor González Ferrín porque como historiadora, los postulados del Sr. García caen por su propio peso.
Fíjese, dice:
1- «Hay referencias a Mahoma en fuentes no árabes del siglo VII»
Pregúntele un sólo ejemplo porque yo no la conozco pero ni en fuentes árabes ni no árabes.
2- «Existen manuscritos coránicos desde la época omeya».
Pregúntele un sólo ejemplo de un Corán anterior al siglo IX que se pueda acreditar que es como el que tenemos hoy.
3- «Existen referencias a Mahoma en monedas acuñadas en la península ibérica datadas en el año 716-717.»
Cierto, y por el anverso se ve la figura de Mahoma sosteniendo una cruz. (Esa parte se le ha olvidado.
4- Vuelvo a la triple pregunta del debate que se responde en una línea (sin hacer taqqiya para no responder):
– Datos de la primera referencia de Mahoma.
– Datos de la primera biografía de Mahoma.
– Datos del primer Corán igual que el de hoy.(Porque si Mahoma existió, Uzman, también existió y Al Tabari cuenta que Uzman, quemó el Corán de Mahoma e instauró el suyo propio, de modo que estamos discutiendo de un libro que se inventó un buen señor y que en ningún caso es el revelado por ningún dios a Mahoma, de modo que a efectos teológicos es como si no hubiera existido. )
Saludos Cordiales.
Ingrid Asensio
Querido amigo,
Aquí Emilio González Ferrín. Como no soy muy dado a los hilos de haters, trataré de contestar genéricamente a los comentarios de mi querido compañero Paco Franco, catedrático de Filología Árabe, así como de García Sanjuán, catedrático de Historia Medieval.
Los recursos a la autoridad no son válidos en un debate intelectual, solo las pruebas. El islam -religión- no da señales de vida histórica hasta después de los años 800. Que se presenten pruebas en contra: un trozo de pergamino en árabe conteniendo fórmulas cristianas anti-trinitarias no puede considerarse «fragmento del Corán», por más que sea recogido después por éste. Un fragmento es un trozo desgajado de una unidad anterior, y no hay Corán antes del 800. La existencia de un profeta árabe está demostrada por las crónicas tardo-antiguas -nunca serán válidas las árabes, muy posteriores-. La Crónica de Zuqnin y muy especialmente la Doctrina Iacobi hablan de ese profeta, pero considerado demntro del ambiente sectario judeocristiano –se plantea si será el mesías-. JAMÁS dice su nombre. El término árabe “muhammad” –alabado- no aparece, y su ocurrencia en la posterior colección coránica –tres veces- puede ser traducida como la alabanza a cualquier profeta.
Con esos mimbres, hay que distinguir muy bien la arabización del Mediterráneo de su musulmanización –religiosa- o islamización –cultural-. Ya nunca se emplea fuera de España el concepto de “conquista islámica” –ni mucho menos musulmana- porque se parte de ese carácter tardío. Se emplea “conquistas árabes”, entendiendo aquí “árabes” como un genérico de pueblos locales desorganizados tras la retirada de los imperos bizantino y persa.
Las pretendidas pruebas de la mal llamada “conquista islámica” de la península ibérica son unas monedas y unos sellos de plomo, utilizados para el comercio. La lectura de esos sellos de plomo es hilarante. Cualquier arabista seria o serio se da cuenta de que los aficionados interpretadores de esos textos están como buscando formas en las nubes. Leen cualquier trazo QUERIENDO leer el nombre de dirigentes que de nombre árabe que aparecerán mucho después en las crónicas árabe, claramente literarias con pretensión histórico-propagandística –tras la creación del califato de Córdoba en el 929-.
Selección de puntualizaciones de cinco profesores :
»
1) D. Alejandro García Sanjuan ante los que niegan lo evidente concluye que debatir con terraplanistas es inútil.
2) D. Jose Luis Corral :
Mahoma existió.
3) D.Luis F. Bernabé:
1- Sólo Nevo y Kore niegan la existencia de Mahoma.
2 -Como señala Angelika Neuwirth, aún tomando esta última figura del califa, nos estaríamos moviendo en un lapso corto respecto de la muerte de Muhammad al Corán, por lo que esa variabilidad del texto sería limitada.
3- Hoy en día los trabajos de Andreas Görke, Harald Motzki y Gregor Schoeler, entre otros, han dado un paso importante a la hora de juzgar, mediante un sofisticado sistema de filtrado de capas, las tradiciones más antguas referidas tanto al Corán como a la vida de Muhammad, en especial las que remontan a al-Zuhrí, uno de los maestros de Ibn Ishaq, el autor de la primera biografía de Muhammad.
4-En cuanto a la primera referencia de alguien a Muhammad, hay un texto griego compuesto durante la invasión de Siria (632-634) que menciona que un falso profeta ha aparecido entre los sarracenos y que Patricia Crone alega un documento armenio de alrededor de 661 que cita su nombre y da dos o tres trazos sobre su mensaje.
4) D. Juan A. Macias Amoretti:
Se trata de personajes históricos, pero que luego, evidentemente, fueron adornados con características de personales literarios que responden a determinados arquetipos narrativos.
5) D.Francisco Franco-Sánchez:
El Corán de hoy es la que los memorizadores del Corán declararon que era la versión fiel a lo oído de la boca del profeta, convirtiéndose por ello en la versión “canónica”. Fíjese que los chiíes aceptan esta misma “vulgata” (si se me permite utilizar esta licencia), solo que ellos, aparte, hacen una lectura e interpretación diferente de algunos pasajes.
El Corán de Birmingham es el más antiguo del mundo, y puede hacerse esta afirmación porque se le han hecho pruebas de C14 que han dado una fecha muy temprana, poco posterior al profeta Mahoma. Pero hay otros muchos coranes antiguos a los que no se les han hecho pruebas del C14 y han sido datados, bien por pruebas paleográficas, bien por conocerse la historia de su manuscrito. Por ejemplo, en la Gran Mezquita de Sanaa hay otros coranes muy antiguos.
D.Emilio González Ferrín puntualiza:
Me alegra mucho que haya también adultos sentados a esta mesa. Como le decía a los gestores de este foro, no hay nada más incómodo que tratar de conversar junto a un niño dando con la cuchara en el plato. Para eso está el X-Twitter del ministro Musk.
Sobre Ibn Ishaq, @José Luis Corral, me temo que esa biografía está perdida, como todo texto árabe codificado en lengua culta anterior al 800, y de ahí mi hipótesis de la reconstrucción, ergo invención. En la tradición veterotestamentaria se acepta dogmáticamente la existencia de un Deuteronomio –etimológicamente, “segunda Ley” que pretende validar la primera-, pero en los estudios al respecto se parte de su invención y de la lógica búsqueda de legitimidad. Por eso es tan importante separar los ámbitos de la mezquita y de la Universidad. El llamado método Nöldeke reproduce la narrativa de la mezquita, y el método histórico-crítico pretende hacer crítica textual.
A ese respecto, cuanto sabemos de Ibn Ishaq es compuesto por Ibn Hisham más allá del año 800, e incluso partes de la narración de éste no nos llegan más que a través del gran creador de toda la narrativa árabe de conquistas y profetas: Al Tabari (m. 923). Es precisamente Al Tabari el primero que realmente emplea un NOSOTROS en el relato –narración retrospectiva- de todo lo ocurrido desde los años 600. En las crónicas de aquellos tiempos, es imposible reconocer al islam –religión- y mucho menos al Islam –civilización-. Resulta fascinante el relato del obispo Sofronio en aquellos años, o el testimonio del viajero Arculf, recogido por Beda: “los judíos están reconstruyendo el templo de Jerusalén”, por algo que hoy conocemos como la Cúpula de la Roca.
Acerca de la existencia de Mahoma, no solo son Nevo y Kore sino todo el colectivo alemán de Inârah –con Puin y Manfred Kropp-, donde pudimos analizar el libro de Eidert Mulder y Thomas Milo hace ya seis años en el marco del EISS –Early Islamic Studies Seminar- que creamos en 2015 ( véase https://enochseminar.org/4-milan-2015/). Pero no es importante quién dice qué, sino las pruebas a las que podemos remitirnos. El pasaj en que se inserta la afirmación esa de “el profeta que ha surgido de entre los ismaelitas”, que es el texto al que yo aludía de la Doctrina Iacobi (en torno al 634), es evidentemente un texto intrajudío. Claro que existió el personaje, como existió Jesús el Nazoreo, otra cosa es cómo se le conoce, qué biografía se le asigna (los arquetipos que menciona Juan A. Macias Amoretti) y a qué sistema religioso decidimos asociarlo.
Por otra parte, el problema de la transmisión oral estriba precisamente en el etiquetado posterior. Es evidente que la colección coránica proviene de relatos deslavazados que encajan con narrativas judeocristianas contrarias al credo de Nicea. Ése es el sustrato del que proviene todo ese género literario que será compilado después del 800 tal y como lo podemos reconocer hoy. Las pruebas de C14 analizan pergaminos sueltos que hemos decidido llamar “fragmentos” –decía- solo porque serán recopilados después en la colección coránica. El propio Puin sometió los documentos de Sanaa a las pruebas y el arcoiris de fechas fue impresionante. Había textos del siglo V o VI con el mismo contenido. Desde luego, no en el árabe que reconocemos hoy en el Corán, sino en garchuni, el árabe en alfabeto siríaco; la madre del fusha.
Me extiendo un poco más a este respecto en el capítulo:
https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/9789048540105-010/html?lang=en&srsltid=AfmBOor_G3IypGjyfI8gB6le3r6G__9mNFTKx1NHWyUI4Sn6EwFUCBwA
Los documentos de Birmingham son probablemente –según los analizó Alba Fedelli- de la misma familia que el códice parisino-petropolitano, lo más extenso que reconocemos cerca del Corán actual, pero que no llega ni a su 60%.
Yo no comparto el criterio de Angelika Neuwirth, pese a tenerle el respeto intelectual que merece un enorme proyecto del Corpus Coranicum. Es la herencia directa de aquel método Nöldeke en que todos los historiadores e historiadoras del Islam nos hemos formado. Aceptar la narración dogmática musulmana como explicación histórica. Esa necesidad de casar la fe con la ciencia arroja resultados siempre insuficientes.
Es evidente que la religión del islam no creó la civilización del Islam sino viceversa. No ha nada que pueda denominarse islámico –y mucho menos “musulmán”- antes de ese 800 en que Bagdad da cuarda histórica a cuanto puede llamarse Islam, que jamás fue un solo Imperio, Estado, Califato, etcétera, sino una suma de formas proto o estatales unidas por un próspero sistema comercial. Pero eso había provocado el período histórico convulso de guerras y conquistas que va desde la paz de Nínive -627- hasta la destrucción de Damasco -756-. El Islam es lo que nace desués de ese tiempo convulso, no el que lo crea.
Todo esto, evidentemente, según las pruebas con que contamos y a falta de que aparezca algo desconocido hasta ahora, como un Corán anterior al 800 o una crónica árabe de esas fechas que emplee un “nosotros los conquistadores”.
Y otra cosa: la Universidad no está reñida con la mezquita. Simplemente son ámbitos independientes. Desde la mezquita, el islam es el reconocimiento de un Dios munífico que creó el mundo. Así que ese es su origen.
Contesta el Dr.Bernabé
Estimado Emilio:
La primera frase del mensaje, aunque resonante, no se ajusta a la
realidad. Los debates intelectuales son igual de legítimos en ausencia
de pruebas, porque conforme nos vamos alejando en el tiempo, más difícil se hace encontrarlas. Deben los científicos entonces debatir a partir de hipótesis, datos, indicios, o similar que puedan servir para sustentar una teoría o una opinión. No hay pruebas del Big Bang que dio origen al universo, pero la teoría se ha construido a partir de datos observables o rastreares. No hay pruebas que sustenten la existencia del Evangelio Q del que provienen los textos evangélicos conocidos, pero los expertos así lo afirman a partir de sus estudios filológicos, paleográficos y demás.
Pero si tomamos las menciones extra-islámicas como datos sólidos, creo que, aparte de otros grandes especialistas, el trabajo de Robert
Hoyland, a partir de su Seeing Islam…, acopia los datos suficientes
para hablar del conocimiento de Muhammad en fechas tempranas. Para mí, a la mención de un profeta entre los árabes que ha desencadenado
enfrentamientos le es aplicable el viejo chiste de si es blanco y está
en botella va a resultar que es leche. El que estos textos o Juan
Damasceno lo consideren dentro de un marasmo judeocristiano me parece delo más normal: ninguno podía definir con una mínima justeza lo que era la creencia religiosa de estos árabes/sarracenos (eso ya lo decía
Wansbrough). Si para ti dicen otra cosa, me parece bien, pero entonces
haces un evidente recurso a su autoridad, lo que, en principio,
rechazas. En cuanto al nombre de Muhammad, negar que es mencionado en algunos textos antiguos -como rey o como enviado- bastante antes del
800, no acabo de entenderlo:
(1) El obispo Sebeos
(2) Tomás Presbítero
(3) La famosa nota acerca de la conquista de Siria en el códice del Evangelio de Mateo
entre otros, me parecen huellas más que plausibles.
Vuelvo al mismo argumento: si para ti esos nombres que aparecen no responden exactamente al nombre Muhammad, quizá estamos pidiendo demasiado al redactor de esos textos.
Las crónicas árabes, en efecto, son tardías, pero eso no implica
rechazar cualquier cosa procedente de la tradición islámica. Ya mencioné
el trabajo de Görke y otros a la hora de indagar en capas primitivas de
las colecciones de hadices, o la opinión de Neuwirth respecto a la
recopilación del Corán. El que el corpus doctrinal del islam tarde
décadas y décadas en formarse no niega la existencia de un núcleo
primitivo generador.
Y una pequeña cosa final: aquellos que, con razón o no, ya no emplean el término «conquista islámica», suelen emplear la no menos mal llamada «Islamic Spain».
Saludos.
Respuesta del Dr.González Ferrín al Dr Bernabé:
»
Estoy de acuerdo. Tienes razón, @Luis Bernabé: el debate intelectual puede basarse en pruebas fehacientes o bien en hipótesis e incluso especulaciones, siempre que se especifique el rango.
Sobre Robert Hoyland y las crónicas pre-árabes: aclarado que se habla de “un profeta de entre los ismaelitas”, no veo que sea blanco y en botella que de ahí se deduzca una nueva religión. Es más bien el producto de unas historias de salvación en tiempos de conflictos. Pero historias de salvación aún judeocristianas. Esa es mi hipótesis de arranque: no se está creando nada nuevo, no hay actos fundacionales. Al hablar de islam -con adjetivo musulmán- o de Islam -con adjetivo islámico- con anterioridad a su clara denominación en las crónicas y textos posteriores al 800, se incurre en la misma ‘narración retrospectiva’ que cuando se cristianiza a Pablo de Tarso, tan judío de pro como Jesús el Nazoreo.
Hasta el 750 con Juan Damasceno se acepta que hay “muchos libros” -aún no se ha cerrado la colección coránica-, que el profeta –cuya concreción histórica sí está ya a esas alturas- no se presenta como musulmán ni está relacionado con las élites culturales de Damasco, que está todo aún en formación. Históricamente, los ismaelitas eran los judíos del desierto; traducir por «musulmanes» esa denominación -que aparece en las crónicas- es inventar un retrónimo. De ahí que me resulte tan problemático denominar a algo “islámico” o “musulmán” cuando aún no se expresa en primera persona como tal. Con los agarenos de Crone, los ‘muminín’ de Donner, etcétera, entiendo que están tratando de acercarse realmente a unas fuentes dispersas que la mayor parte contempla traduciendo erróneamente como “musulmanes” a un puñado de denominaciones diversas.
Yo propongo “invasiones árabes” porque es un genérico menos problemático. Sabemos por las crónicas que muchos pueblos invadieron muchas ciudades de Oriente Próximo y Medio y el norte de África -sobre las ascuas de los imperios bizantino y persa, no provocando su retirada-, pero -y esa es mi hipótesis general- todo ese caos no proviene de un islam originario, sino que éste se consolidará como narración alternativa mucho después. En definitiva, que el islam no pudo hacer nada cuando lo que se estaba haciendo era el islam.
«
Buenas noches.
Pero el profesor González Ferrín nos contestado los argumentos del profesor Bernabé sobre:
«En cuanto al nombre de Muhammad, negar que es mencionado en algunos textos antiguos -como rey o como enviado- bastante antes del 800, no acabo de entenderlo:
(1) El obispo Sebeos
(2) Tomás Presbítero
(3) La famosa nota acerca de la conquista de Siria en el códice del Evangelio de Mateo»
¿Que puede decir de esos tres puntos Profesor González Ferrín?
Saludos
Respuesta del Dr. González Ferrín:
Perdón, Luis, que opté por una respuesta más genérica:
Sobre el obispo Sebeos, creo que ya lo comenté: el texto original armenio está perdido.
En cuanto a la anotación marginal en el códice del Evangelio de Mateo, (entiendo que te refieres al Códice Vaticano Griego 354), salgo error mío solo dice que «los sarracenos invadieron Siria» y ni siquiera hay acuerdo sobre la fecha.
Sobre Tomás Presbítero, escribe más tarde del 800, y su referencia a la Doctrina Iacobi ya fue comentada: el profeta de los ismaelitas.
Por eso decía que lo importante es no traducir «sarracenos», «ismaelitas», «agarenos», «árabes», «tayyaye» y tantas otras denominaciones para los pueblos diversos que hicieron un sayo de la capa romana abandonada.
¿Las cartas del Profeta Muhammad a Heraclio, Al Muqawqas y An-Nayashi y siempre firmada con la misma firma?
—–
Respuesta del Dr.Gonzalez Ferrin a la pregunta:
Esas cartas son un mito.