entós hymôn Ya que  en el griego koiné, la expresión entós hymôn significa  “dentro de vosotros”, si el Reino de Dios es interior al hombre, ¿cómo buscarlo? PREGUNTA 312  

entós hymôn Ya que  en el griego koiné, la expresión entós hymôn significa  “dentro de vosotros”, si el Reino de Dios es interior al hombre, ¿cómo buscarlo?

RESPUESTA:

Está bien planteada la pregunta si es que pudiera probarse que esas palabras proceden del Jesús histórico.

 

He aquí el texto completo de Lucas 17,20-21:

 

20 Preguntado por los fariseos sobre cuándo llega el reino de Dios, les respondió diciendo:

–La venida del reino de Dios no está sujeta a cálculos, 21 ni dirán: «Míralo aquí» o «allí», pues resulta que el reino de Dios está entre vosotros.

Obsérvese que la respuesta de Jesús va dirigida a los fariseos, quienes son –según muchos pasajes de los Evangelios, los enemigos irreconciliables de Jesús  (Mc 3, 6: curación en una sinagoga de un hombre con una manos “seca”. Y los fariseos reaccionan con un plan de asesinato de Jesús:  “Cuando los fariseos salieron, comenzaron enseguida a tramar con los herodianos en contra de Jesús, para ver cómo podrían destruirlo”).

 

Así pues, me parece imposible que Jesús afirme que el reino de Dios está dentro de (los corazones) de los fariseos. En «Los Libros del Nuevo Testamento», p. 895, escribo:

 

el reino de Dios está entre vosotros: los dos vocablos finales (griego entós hymôn) han provocado una inmensa discusión acerca de su significado exacto. Jesús no pudo decir que está «en el interior de», «en el corazón de», ya que quienes preguntan son los fariseos, los grandes enemigos; además no hay pasajes lucanos que indiquen que el reino de Dios es meramente interno. El griego puede significar también «entre», o «al alcance de»; no puede saberse el pensamiento del evangelista en este punto.

 

 

Probablemente, a tenor de 11,20, el evangelista, no el Jesús de la historia, piensa que el reino de Dios ha llegado ya; por tanto, está –quiéranlo o no– ya entre los fariseos mismos; o bien «a su alcance»: podrán entrar en él si se arrepienten y creen en el mensaje de Jesús. Es posible que sea Lucas, preocupado por frenar las especulaciones sobre la pronta venida de Jesús como Hijo del Hombre, el introductor de la idea de que el reino de Dios ya llegó. Solo hay que esperar a su plenitud en el futuro. De este modo se resuelve bien el problema del retraso de la parusía.

 

 

El Evangelio de Tomás acepta la idea de la presencia espiritual e interior de un reino de Dios ya presente: «Sus discípulos le dijeron: “¿Qué día va a venir el Reino?” Jesús dijo: “No viene en expectativa. No se dirá: ‘Helo aquí’ o “Helo allí’; más bien, el Reino del Padre se extiende sobre la tierra y los hombres no lo ven”».

 

En el contexto de este pasaje (Lc 17,20-35) lo que abunda –a propósito de la venida del reino de Dios son pasajes en futuro:

 

  • Vendrán días
  • Desearéis ver
  • No lo veréis
  • Os dirán
  • No vayáis ni corráis detrá
  • Así será el Hijo del hombre en su día (dos veces)
  • Aquel día, quien esté sobre el tejado y tenga
  • Os digo que esa noche.. uno será tomado y el otro será dejado
  • Una será tomada y la otra será dejada
  • Se congregarán

 

Más claro agua. El reino de Dios vendrá en el futuro. Luego no puede estar ya en el corazón de los fariseos.

 

Entonces el “cómo buscar el reino de Dios” tiene solo sentido en la doctrina general de Jesús en arrepentirse, y buscar cómo ser digno de entrar en el Reino (después de del Juicio Final y de la resurrección general de los muertos del pasado), cumpliendo estrictamente la ley de Moisés y tras esperar a que Dios se decida a instaurar su Reino.

 

Y todo esto, en la mente del judío Jesús, se refiere a Israel y solo a Israel. Según Pablo, también entrarán en el Reino de Dios los gentiles que crean en Jesús como mesías, abandonen los dioses falsos, y –sin necesidad de hacerse judíos (1 Corintios 7 18-21)– cumplan con la ley del amor o del Mesías (Gálatas 6,2), que incluye el Decálogo (Romanos 2, 14-16).

 

Otra cosa son también los requisitos complementarios, no de Jesús, sino de Pablo, para entrar en el reino de Dios que se refieren a los paganos.

 

Estos requisitos consisten en aceptar por un acto de fe (absolución / justificación = ser declarado justo por la fe) que el envío, muerte, y resurrección del Hijo de Dios es el evento clave de la historia del mundo para eliminar el pecado de Adán y restablecer la amistad de Dios con el ser humano, su criatura.

 

Saludos cordiales de Antonio Piñero

www.antoniopinero.com

 

Véase Wikipedia

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